El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador dio un giro de timón en su administración y designó al gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández como el sustituto para llevar las riendas de la política interna del país en el lugar que dejó vacante la magistrada Olga Sánchez Cordero, quien regresará a su curul en el Senado de la República.
Ambos personajes forman parte de la llamada Cuarta Transformación (4T) encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador desde que el actual mandatario se erigió como el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para contender en las elecciones federales de 2018, en dicha elección, tanto Sánchez Cordero como López Hernández recibieron el apoyo popular y ganaron sus respectivos puestos, uno como gobernador y la magistrada como senadora.
El reto ahora para López Hernández es llevar las riendas y encauzar a la 4T en el último trienio del mandato de AMLO, situación que no es ajena a lo que ha sucedido en otros sexenios, justo a la mitad del camino, suelen darse cambios en las oficinas de Bucareli para lograr consensos y resolver los conflictos que puedan surgir dentro de las administraciones federales.
Felipe Calderón
Esos cambios también pueden surgir por causa de lamentables accidentes como sucedió en el sexenio de Felipe Calderón en el que en un periodo de seis años, tuvo a cinco secretarios de gobernación, iniciando con Francisco Ramírez Acuña (quién ‘destapó’ a Calderón como candidato presidencial de Acción Nacional), mismo que renunció a la administración federal en enero de 2008 y finalizando con Alejandro Poiré.
El reemplazo de Ramírez Acuña fue un colaborador muy cercano a Calderón durante su época como candidato, además de amigo personal, Juan Camilo Mouriño Terrazo, quien desafortunadamente perdió la vida en un accidente aéreo en noviembre de ese mismo año, el avión Learjet 45, matrícula XC-VMC, en el que volvía a la ciudad de México después de una gira de trabajo en el estado de San Luis Potosí, se estrelló cerca de la intersección del Periférico y Paseo de la Reforma en la capital del país.
La muerte de Mouriño resultó un golpe devastador para el presidente Calderón y marcó el rumbo de su administración en la parte final de su mandato, no es un secreto que se perfilaba como el candidato presidencial en 2012, año en que el Partido Acción Nacional (PAN) entregó el poder a Enrique Peña Nieto.
Después de la pérdida de Mouriño, Calderón designó como titular de Gobernación a Fernando Gómez Mont, exasesor de Ernesto Zedillo y prominente abogado, sin embargo, en julio de 2010 renunció al cargo y se retiró de la escena pública.
Francisco Blake Mora, otro de los hombres cercanos al presidente y de su mayor confianza, fue el reemplazo de Gómez Mont, sin embargo, de nueva cuenta la tragedia se hizo presente y el 11 de noviembre de 2011, tres años y días después de la muerte de Mouriño, el helicóptero en el que viajaba junto con siete personas más, se estrelló cuando se dirigía a Cuernavaca, Morelos.
El golpe fue devastador, en un mismo sexenio dos ocupantes del Palacio de Cobián habían perdido la vida en circunstancias similares, a los dos se les rindieron homenajes de estado y dentro del agobio y la preocupación por ambos decesos, el presidente tuvo que nombrar al último funcionario que ocupó la cartera de Gobernación, Alejandro Poiré, licenciado en Ciencias Políticas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), y quien antes de ocupar la titularidad de la secretaría fue director del CISEN y subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos en la dependencia.
Ernesto Zedillo
Con Ernesto Zedillo se perfilaron cuatro cambios en esa dependencia, en un sexenio trascendental que marcó la sucesión presidencial y el fin de la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el siglo XX.
Los encargados de la política interna fueron cuatro: Esteban Moctezuma Barragán, Emilio Chuayfett Chemor, Francisco Labastida Ochoa y Diódoro Carrasco Gurría.
El primero abrió el sexenio de Zedillo en medio de una crisis económica por el llamado “error de diciembre”, ese hecho fue trascendental para que la dependencia a su cargo saliera al quite y pudiera negociar con los estados y con la oposición en el país.
Su labor culminó en 1995, fue sustituido por Chuayfett Chemor hasta 1998 unos meses después de que sucedió lo impensable, el PRI dejó de ser la fuerza demoledora en el Congreso y por primera vez cedió espacios en la Cámara para sus detractores.
Al relevo llegó Francisco Labastida Ochoa, quien ocupaba el cargo de secretario de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, el sinaloense se mantuvo atento en su cargo hasta que en mayo de 1999, el PRI anunció que el proceso para elegir a su candidato presidencial en el 2000 se llevaría a cabo mediante un proceso de primarias, el 18 de mayo Labastida dejó el puesto en Bucareli y se lanzó con todo para contender por la candidatura priista, desafortunadamente, la historia lo recuerda como el primer aspirante tricolor que perdió una elección presidencial ante el guanajuatense Vicente Fox emanado del PAN.
El titular de Gobernación en el último año del gobierno de Zedillo fue el exgobernador de Oaxaca, Diódoro Carrasco.
El economista fue diputado federal durante la LX Legislatura y presidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados.
Su papel fue trascendental en la crisis que vivió la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1999, luego de su intervención la institución cerró sus puertas por varios meses y no fue sino hasta el 6 de febrero de 2000 cuando la recién ’nacida’ Policía Federal Preventiva (PFP) incursionó en Ciudad Universitaria para recuperar las instalaciones.
Vicente Fox
En el sexenio de Vicente Fox, solo se registró un cambio en la cartera de Bucareli, el excandidato del PAN a la jefatura de gobierno del Distrito Federal, Santiago Creel permaneció en el puesto hasta el 2005, no es un dato menor señalar que fue el primer inquilino del Palacio de Cobián no priista en más de 70 años.
Su paso por Gobernación fue hasta cierto punto exitoso, dando tranquilidad al gobierno de Fox en el plano económico y sobre todo de seguridad, sin embargo, tuvo la mala fortuna de cargar el costo político junto con el presidente, del fallido intento por desaforar al entonces jefe de gobierno, Andrés Manuel López Obrador, lo que a la postre resultó contrario a sus aspiraciones, al perder la candidatura presidencial panista y por otro lado ver como candidato de las izquierdas a López Obrador.
En sustitución de Creel llegó Carlos Abascal, el extinto funcionario originario de la ciudad de México, se hizo cargo de la política interna del país en un periodo muy sensible para la administración foxista, su encargo fue mantener la gobernabilidad en el agitado año electoral en que Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador se enfrentaron en la elección más reñida de la historia de México.
Enrique Peña Nieto
Finalmente, en el sexenio de Enrique Peña Nieto sucedió algo similar que con Fox, solo hubo un cambio al final del periodo presidencial, el coordinador de campaña de Peña Nieto y personaje cercano al expresidente, Miguel Ángel Osorio Chong, se hizo cargo de la política interna de país desde el primer minuto de la administración hasta el 10 de enero de 2018.
Su trabajo fue destacado durante el primer trienio, de hecho su figura siempre salió marcada como posible presidenciable para suceder a Peña en 2018 y fue el constructor del llamado “Pacto por México” que unió a los tres grandes partidos en México (PRI, PAN y PRD) para llevar a cabo las reformas estructurales que prometió Peña Nieto en campaña.
Sin embargo, el mes de septiembre de 2014 fue fundamental para su futuro político, en plena crisis por una huelga de alumnos en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el titular de gobernación salió entre huelums y sonriente luego de encabezar el diálogo para terminar con el conflicto, pero poco tiempo después sucedió el caso Ayotzinapa, en el que 43 estudiantes de la escuela normal rural “Isidro Burgos” desaparecieron sin que hasta la fecha se cuente con su ubicación o certeza de lo que sucedió.
En ese contexto, el funcionario renunció a la cartera de Gobernación y anunció que buscaría llegar al Congreso por la vía de las urnas en 2018, luego de no ser considerado para la sucesión presidencial, aspiración que recayó en José Antonio Meade Kuribreña.
En su lugar llegó Alfonso Navarrete Prida, excolaborador de Peña Nieto en el Estado de México y quien se desempeñó como titular de la Secretaría del Trabajo, previo a llegar a las instalaciones de Bucareli.
Navarrete Prida tuvo en sus manos la gobernabilidad política del país durante la elección que permitió llegar al poder al actual presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador.