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La oveja Dolly el suceso que revolucionó a la ciencia cumple 25 años

Por primera vez en la historia de la humanidad, científicos lograron lo que nadie se imaginaba en el verano de 1996

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El Doctor Ian Wilmut junto con su creación, la oveja Dolly Foto: Instagram

La oveja Dolly es sin lugar a dudas el clon más famoso del mundo. Es el primer mamífero que fue duplicado a partir de una célula adulta y resultó ser un hito en la historia de la biología y la ciencia de finales del siglo XX.

La creación de Dolly  fue obra del Doctor Ian Wilmut, especialista en embriología y Keith Campbell, con la ayuda de sus colegas del Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo en Escocia y financiado por el Consejo de Investigación en Ciencia Biológica y Biotecnología del Reino Unido [Biotechnology and Biological Sciences Research Council (BBSRC)].

La oveja llegó al mundo el 5 de julio de 1996, sin embargo, sus creadores no lo anunciaron sino hasta febrero de 1997, su nacimiento significó un avance muy importante en cuanto a la investigación sobre medicina regenerativa, biología y agricultura.

El seguimiento de su evolución significó un show mediático nunca antes visto, durante meses se especuló sobre su apariencia, avances de su gestación, el nombre que recibiría, para que sería utilizada, fue famosa mucho antes de ser presentada ante el mundo y en aquel 1996 se convirtió sin dudarlo, en uno de los atractivos más buscados en la incipiente internet (al menos en México) y uno de los temas más frecuentes en los medios de comunicación tradicionales.

¿Cuál fue el proceso?

Los científicos utilizaron una célula extraída de la ubre de una oveja blanca de raza Finn Dorset que contaba con seis años de edad, alteraron su medio de crecimiento para conseguir que las células se mantuvieran vivas, inyectaron una célula en un óvulo sin núcleo no fecundado proveniente de una oveja escocesa de raza Black Face e hicieron la fusión del óvulo sin núcleo de la oveja donante mediante pulsaciones eléctricas.

Una vez hecho esto y antes de implantar el resultado en una "madre de alquiler", se aseguraron de que esa fusión daría resultado a una célula que pudiera desarrollarse normalmente como un embrión.

El experimento no fue nada fácil, ya que se necesitaron 277 fusiones y el desarrollo de 29 embriones tempranos que se implantaron a 13 ovejas que hicieron el papel de madres de alquiler, de esos 13 embarazos, solo uno llegó a buen puerto luego de 148 días y que llevó por nombre Dolly.

Dolly significó un importante avance científico para la humanidad, por su contribución a la lucha para combatir ciertas enfermedades, especialmente el cáncer y por mejorar la elaboración de algunos fármacos y facilitar la selección de linajes en la ganadería.

Con la clonación se abrieron también otras posibilidades de investigación, como la copia de animales transgénicos, es decir genéticamente modificados, para crear razas enteras con características predefinidas, de modo que, por ejemplo, fueran resistentes a los virus.

Hasta el día en que nació Dolly, la clonación se había practicado con ranas, vacas y ovejas, pero siempre a partir de células embrionarias, y no de un adulto, además de que hasta el día de hoy continúa la polémica sobre su uso. 

¿Qué sucedió con Dolly en los años posteriores?

La oveja vivió apapachada y llena de cuidados en el lugar donde nació, el Instituto Roslin, durante más de seis años, llevó una vida normal, se apareó y tuvo crías de forma natural sin ninguna intervención científica. Su primera ‘hija’ fue Bonnie que nació en 1998, en su segundo embarazo dio a luz a un par de ovejas quienes fueron bautizadas como Sally y Rosie, y finalmente, en un tercer parto, engendró a tres ovejitas: Lucy, Darcy y Cotton, todas sus crías tuvieron una vida normal y no se detectaron anomalías debido al origen de su madre.

Desafortunadamente, Dolly comenzó a sufrir de artritis cuando todavía era una hembra joven (su raza vive alrededor de 12 años), caminar se convirtió en un verdadero calvario, al principio fue tratada con antiinflamatorios para calmar el dolor, sin embargo, en el 2003 tuvo que ser sacrificada luego de que se le detectó un tumor pulmonar, enfermedad muy frecuente en ovejas de su tipo.

Científicos indicaron que Dolly sufrió de envejecimiento prematuro, sin embargo, la explicación que surgió desde Roslin fue que la oveja nació a partir de una célula adulta (de seis años) y genéticamente hablando nació ya adulta, por lo que vivió el tiempo que era necesario.

La vida de Dolly llegó a su fin un 14 de febrero, no sin antes dejar una huella en la historia científica del mundo. Luego de su llegada, el debate público acerca de la clonación persiste hasta nuestros días permeando incluso al debate sobre si es factible y ética la clonación en seres humanos.

 Tras su muerte, la oveja Dolly no fue enterrada ni incinerada, por considerarse un hito de la ciencia, fue disecada y actualmente se exhibe en las vitrinas del Museo Nacional de Edimburgo (cerca de la calle Chambers) en el centro de la ciudad escocesa.