EDUCACIÓN RURAL

Aplauso a la vocación del ‘Profe Chava’

El docente acondicionó en su camioneta de redilas un pizarrón para visitar a sus alumnos en la Sierra Gorda y prepararlos hacia un futuro con más oportunidades

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META. Pese a la dificultad de trabajar en una zona rural durante la pandemia, quiere cumplir 40 años de servicio. Foto: EspecialCréditos: Especial

Para Salvador Olvera, el conocimiento es la mejor ruta para mejorar la vida, pero en medio de la pandemia del COVID-19, el aprendizaje se puede perder en los caminos de la ignorancia; por ello, este profesor queretano decidió enfrentar el ciclo escolar con más que solo clases en televisión o en redes sociales: adaptó, en las redilas de su camioneta, un pizarrón y así llevó las clases a cielo abierto; una vocación por la que la Comisión de Educación y Cultura de su estado le brindó un reconocimiento la semana pasada. 

“En este caso: sí es cierto que estos niños, al final de cuentas, van a pasar el ciclo escolar, pero con deficiencias y esas deficiencias les afectarán a futuro; hay que estar pendiente de ellos para fortalecerlos. Es como una construcción mal cimentada: en un momento u otro se va a venir abajo”, expresó el docente.

Foto: Especial

Clases con sana distancia

Con su esposa, Elvira Córdoba, decidieron dar clases presenciales, con sana distancia en sitios abiertos: ella en el patio de su hogar a reducidos grupos de 1º y 4º grado de primaria, mientras él toma la camioneta y se encuentra con sus alumnos de 6º grado, para darles fundamentos hacia la siguiente etapa de su vida escolar.

Era 1983 cuando, en sus primeros días de trabajo, se puso a prueba su vocación: la jornada comenzaba en domingo con una caminata de nueve horas para cruzar la Sierra Gorda, en el municipio de Pinal de Amoles, y llegar a la comunidad de El Timbre de Guadalupe; después le prestaron un burro que resultó necio para cargarlo y al final, con un caballo logró cubrir el trayecto dominical. Por ello, cuando la pandemia fue el impedimento mundial en el desarrollo educativo, su creatividad estaba ‘curtida’ para darle la vuelta a la adversidad.

RETO. Requiere una fotocopiadora para reproducir material didáctico y gasolina para traslados. Foto: Especial

“Dar clases así no es tanto. Está uno acostumbrado a hacer el esfuerzo para que los alumnos tengan los mejores aprendizajes. No nos vamos a quedar cruzados de brazos, ateniéndonos a que los niños trabajen nada más con el cuadernillo que se les hace llegar, nosotros debemos dar de nuestra parte, hacer el esfuerzo y dar el extra para que los niños aprendan mejor porque el tiempo no se detiene”, garantizó.

Zona rural

Las experiencias de aprender a enseñar lo llevaron a convertirse en director de la Escuela Primaria ‘Miguel Hidalgo’ en la zona rural San Pedro Escalena, allí ha pasado los últimos 19 años de su oficio y en este ciclo tenía 114 alumnos con sueños de crecer en la sapiencia y él no los dejaría solos en su búsqueda, por ello empezó por convocar grupos de dos o tres alumnos en espacios abiertos. “Sí les importa, donde los cito acuden y les explico; no faltan pero si por algo sucede, al día siguiente los busco y nos apoyamos, porque aquí está en juego su futuro.

Foto: Especial

Aquí hay muchas carencias: las familias no tienen recursos, no hay tecnologías, no hay televisión, no hay señal...muchos papás y mamás o trabajan o no les alcanzan los conocimientos para explicarle a sus hijos”, consideró el profesor quien en cada clase motiva un viaje a la sabiduría, con la esperanza de dotarlos de herramientas para construir una mejor realidad.

Por Katya López Cedillo

avh