Como un guante de box le quedó la mano a una mujer después de que una araña la mordió mientras estaba en su cama dormida. Al tratarse de una araña, la joven de 21 años tomó el incidente como algo normal; sin embargo, empezó a notar cambios en la zona donde recibió el piquete además de sufrir un dolor que paulatinamente crecía.
Días después de recibir el piquete, la joven británica Morgan Curran vio cómo su mano derecha se hinchaba y comenzaba a palpitar mientras que una mancha negra aparecía debajo del nudillo de su dedo medio. Al notar ese terrible cambio, Morgan acudió a urgencias médicas para ser atendida.
En el hospital, los médicos se declararon preocupados ante la escena de la mano por lo que conectaron una goteo intravenoso para controlar la salida de líquido en un orificio que se había formado tras la mordedura del arácnido.
Durante cinco días, la paciente tuvo que quedarse internada en el hospital para ser observada mientras tomaba antibióticos. No obstante el no mostrar mejoría, Morgan tuvo que ser operada en dos ocasiones para extraer el tejido que estaba infectado.
Pudo haber perdido hasta la vida por el piquete de araña
Según el reporte de los médicos que atendieron a Morgan, de haber acudido después a atenderse la mordedura de la araña, la paciente además de perder la mano habría perdido hasta la vida. Morgan contó para The Mirror que la presión que sentía cada vez que se hinchaba su mano era tal que no podía más estirar sus dedos.
De haber estado la infección dentro de la mano de la mujer por más tiempo, se habría desarrollado una sepsis al grado de que la víctima del piquete de araña habría muerto, revelaron los médicos.
Afortunadamente para Morgan, en las dos operaciones a las que fue sometida no hubo la necesidad de hacer injertos de piel. "Me tomó mucho tiempo sanar. Regresé al trabajo después de cinco semanas, pero todavía había una pequeña herida allí”, contó la joven.
Sin embargo, Morgan aún vive con secuelas de la herida producida por la araña, relató que aún tiene un entumecimiento constante como un hormigueo en la mano y cuando hace frío se agudiza el dolor en la zona donde sufrió la mordedura.
Tras el incidente, ahora Morgan revisa más de dos veces su hogar y en especial su cama pues teme volver a encontrarse con algún otro insecto que atente contra su vida. Su temor por repetir una experiencia de horror parecida la ha llevado a dormir en el sofá de su sala para evitar estar en su cama donde fue el ataque.
Según contó Morgan, la araña se veía agresiva y está convencida que tenía una forma de calavera en su “espalda”.
Con información de The Mirror.
RMG