La restauración de la estatua del sigo XVII de San Antonio de Padua, patrono de la comunidad Soledad en Atlántico, Colombia causó polémica, pues el resultado lo hizo lucir lejos de su tradicional aspecto, ya que le aplicaron mucha pintura en los ojos y labios.
Los feligreses se mostraron inconformes con la restauración, pues dijeron que “se pasaron de sombra, rubor y brillo en los labios. Se ve afeminado”, mientras que otros aseguran que “parece homosexual”.
No se sabe quién fue el restaurador, pero el resultado no fue del agrado de los feligreses, ni de algunos protectores del patrimonio cultural, quienes expresaron que ese tipo de trabajos debían ser hechos por profesionales y con técnicas específicas para lograr un buen resultado.
El restaurador Juan Camilo Duque expresó a través de su cuenta de Facebook que "es importante preservar nuestro patrimonio ya que se debe entender como el derecho a la memoria de las generaciones futuras, que se convierte en el deber para las generaciones presentes; Tristemente no es visto de esta forma y se le maltrata mucho al hacer intentos por conservarlo",
Esta no es la primera vez que una restauración sale mal, el caso más conocido fue el Ecce Hommo, una pintura del siglo pasado que fue “restaurada” por una mujer de 80 años aficionada a la pintura, quien cambió por completo el rostro de Cristo.
POR REDACCIÓN EL HERALDO DE MÉXICO
No se sabe quién fue el restaurador, pero el resultado no fue del agrado de los feligreses, ni de algunos protectores del patrimonio cultural, quienes expresaron que ese tipo de trabajos debían ser hechos por profesionales y con técnicas específicas para lograr un buen resultado.
El restaurador Juan Camilo Duque expresó a través de su cuenta de Facebook que "es importante preservar nuestro patrimonio ya que se debe entender como el derecho a la memoria de las generaciones futuras, que se convierte en el deber para las generaciones presentes; Tristemente no es visto de esta forma y se le maltrata mucho al hacer intentos por conservarlo",
Esta no es la primera vez que una restauración sale mal, el caso más conocido fue el Ecce Hommo, una pintura del siglo pasado que fue “restaurada” por una mujer de 80 años aficionada a la pintura, quien cambió por completo el rostro de Cristo.
POR REDACCIÓN EL HERALDO DE MÉXICO