Si hacemos memoria, podremos recordar cómo eran nuestros primeros smartphones: tenían teclas, eran pesados, incluso la mayoría no contaba con una cámara.
Si ponemos lado a lado uno de los primeros smartphones y lo comparamos con uno de los más recientes, observaremos las diferencias abismales, no solo en cuanto al diseño, podremos encontrar que los celulares de hace 15 años contaban con funciones limitadas, ahora puedes hacer prácticamente todas tus tareas desde tu teléfono, o bien puedes vincularlo a más dispositivos electrónicos y con solo llamar a “Alexa” podrás dar la orden que quieras y ella se encargará de todo. ¿Quién pensaría que lo que algún día sólo era ciencia ficción formaría parte de nuestra vida diaria?
Y aunque la idea de que exista un robot que limpie nuestra casa como “Robotina” suene increíble, debemos cuestionarnos si estas innovaciones verdaderamente están facilitando nuestra vida o de alguna manera nos están perjudicando como seres humanos funcionales.
Retomemos el ejemplo de los smartphones, estamos de acuerdo que es mucho más fácil tener un teclado táctil que apachurrar 4 veces la misma tecla hasta llegar a la letra que deseas, también es más sencillo conectarse a una red wifi y enviar mensajes desde una aplicación que gastarte tu crédito enviando mensajes de texto, y las cámaras… bueno, definitivamente es más sencillo tomar una foto con tu celular y observar al instante si salió bien, que esperar 30 días al centro de revelado solo para darte cuenta que tomaste tus fotos desenfocadas.
Si quieres conocer más sobre las innovaciones en los smartphones escucha el episodio de realme.
Todas estas y más innovaciones sí nos facilitan la vida de muchas maneras, entonces ¿Dónde está el problema? Empecemos por decir que más que ver nuestro teléfono como una herramienta útil, lo estamos volviendo una necesidad, y es verdad que actualmente es complicado separar la vida moderna del uso de los celulares, pero como usuarios tenemos la responsabilidad de utilizarlos de manera correcta.
Según diversos estudios que se han realizado, el uso de celulares afecta nuestra retención de memoria y nuestra capacidad de prestar atención, y es que si lo pensamos, los contenidos que consumimos hoy en día deben atrapar al consumidor en menos de 5 segundos, pues es el tiempo máximo al que estamos acostumbrando al cerebro a que preste atención. También se ha encontrado que con el simple hecho de escuchar el sonido de una notificación, una persona deja de hacer las tareas que estaba realizando o baja su desempeño en estas, pues estamos tan acostumbrados a que nuestras interacciones sociales sean por este medio que le damos prioridad a un mensaje, y ni hablar de la inmediatez con la que queremos las cosas, también nos acostumbramos a que tenemos todo al alcance de de un “clic” que queremos que nuestra vida también sea lo más inmediata posible.
XBB