SALDRÁ A LA VENTA MAÑANA

REVIEW | The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom hace que Breath of the Wild se vea como un demo

Más de 6 años han pasado desde que el mundo tuvo acceso al Nintendo Switch y al más reciente título original de la saga

TECNOLOGÍA

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¿Es el mismo mundo pero con islas en el cielo? Sí pero no, pues Link vuelve al mapa pero hay más cambios que debes experimentar.Créditos: Especial

Este viernes saldrá a la venta The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, videojuego esperado por millones de personas alrededor del mundo y al que El Heraldo de México tuvo accceso anticipado para hacer un análisis y compartirlo con sus lectores.

Más de 6 años han pasado desde que el mundo tuvo acceso al Nintendo Switch y al más reciente título original de la saga de Zelda hasta ese momento, el Breath of the Wild, que fue una obra maestra, digna del premio al Juego del Año que le otorgaron ese mismo año en los Game Awards y que es el único que presume la empresa japonesa hasta la fecha.

Su secuela directa ganó el premio al Juego Más Anticipado en la última entrega de los mismos premios y ahora el planeta está a tan sólo unas horas de poder jugar The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom. En el Heraldo de México hubo la oportunidad de probarlo anticipadamente y hay que decir que mejora en muchos aspectos a su antecesor.

¿Es el mismo mundo pero con islas en el cielo? Sí pero no; en este juego Link vuelve esencialmente al mismo mapa, pero hay muchos y muy grandes cambios. Para empezar, sí está la parte de las islas en el cielo, de las que también caen muchas cosas al mundo que ya se conocía, pero además ahora el mismo castillo de Hyrule está en el cielo, los pueblos han cambiado mucho y hay toda una parte subterránea nueva, junto con una serie de cuevas en la superficie.

La expansión de este mundo es esencialmente vertical y aunque mucho es reconocible, no es igual y esto podría deberse a una manipulación de la línea temporal, como bien les gusta jugar con eso a los creadores de esta saga, pero mejor que cada quién haga sus teorías en su momento.

Siguiendo con el mapa, obviamente es ahora mucho más grande con estas nuevas adiciones, pero esto no quiere decir que sea mucho más pesado explorarlo. Link tendrá nuevas habilidades, entre ellas una que le permite construir y agregar piezas que podrá coleccionar. Desde los trailers ya se le veía usando algunos vehículos y estos harán mucho más amable la exploración de este gigantesco mundo.

Otra de las nuevas habilidades le permite fusionar sus diferentes armas con objetos variados, desde otras armas, hasta comida o pedazos de un edificio, por ejemplo. Estas habilidades le dan un grado mucho más amplio de creatividad a cómo va a jugar cada persona esta historia y francamente, tienen un lado muy característico de Nintendo que le da mucha gracia aunque parezca extraño literalmente dispararle un filete crudo a un enemigo.

Las dos habilidades primarias restantes le permiten a Link regresar objetos en el tiempo sobre su propia inercia y atravesar techos para llegar a su parte de arriba y no tener que trepar todo. Más opciones para que cada quién decida cómo quiere aventurarse por este vasto mundo.

Parte de lo que hizo tan bueno a Breath of the Wild, aparte de su mundo abierto sin que nadie lleve de la mano al jugador, fue su física, que era muy precisa y gran cantidad de sus enigmas se resolvían aprovechando esto. En Tears of the Kingdom tomaron eso y lo expandieron, hay zonas suficientemente elevadas en las que la gravedad cambia, por ejemplo y sigue habiendo santuarios que se deben superar considerando la física y haciendo uso de las habilidades especiales.

A pesar de ser una expansión y una mejora en muchos sentidos que su predecesor, este juego también se acerca más a los clásicos que lo hicieron tan famoso, como el Ocarina of Time y no porque tenga una mazmorra de agua, sino porque ahora estas se sienten más como un Zelda, los jefes y el estilo único de cada una son una muestra de que Nintendo estuvo escuchando a sus fans.

La narrativa es muy interesante, mantiene el estilo enigmático y deconstruido que en Breath of the Wild, pero poco a poco empieza a hacer sentido conforme Link va avanzando en la aventura. Por si fuera poco, Ganondorf regresa después de 17 años y lo hace con un doblaje espectacular a cargo de Matthew Mercer, quien le hace honor al legendario villano y logra que se sienta muy imponente en cada intervención.

Esto acompañado de la composición musical de Manaka Kataoka, hacen de esta aventura una muy amena e inmersiva, que además tiene todo tipo de actividades y como en su antecesor, casi todo es opcional, pero vale la pena hacerlo. Los jugadores encontrarán nuevamente santuarios, semillas korok, memorias y torres para revelar el mapa, pero también cualquier cantidad de misiones secundarias y minijuegos.

Y para quienes se lo preguntan: los amiibo siguen dando esencialmente las mismas cosas que en el juego pasado, con contadas excepciones y adiciones, como la tela del paraglider. Pero cabe mencionar que al menos una parte de los objetos ya de puede conseguir en el juego directamente.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom llegó para decirle a su antecesor “soy tú, pero mejor”. Con una gran narrativa y composición musical, el mismo mundo abierto que cambió a los videojuegos pero ampliado y mejorado, nuevas habilidades que dan un toque casi infinito de creatividad y diversidad de juego y un sinfín de actividades, esta es una experiencia única e inmersiva que sin duda veremos nominada al menos, para llevarse nuevamente el premio al Juego del Año.

 

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