La pandemia generada por el Covid-19 ha dejado en claro que los videojuegos son un elemento importante para niños, adultos y personas de la tercera edad en México, ya que, además de ser un mercado en crecimiento, también ayuda a con problemas como la depresión y a mejorar algunas funciones cognitivas.
Por sorprendente que parezca, hace más 20 años en que se popularizaron los videojuegos, se tenía la creencia de que éstos atrofiarían los cerebros de los niños, algo que quizá ocurra si se consume en exceso (como todo), pero si se juega con moderación los beneficios pueden ser sustanciosos.
Hay que recordar que al inicio de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una serie de recomendaciones para que las personas cuidaran su salud mental, por lo que pidió que se incluyera el uso de los videojuegos, ya que ayudan a reducir los niveles de estrés. Sin embargo, el organismo hacía énfasis en que los niños emplearan este tipo de juegos, ya que los motiva a ser creativos, a la toma de decisiones y a sentirse productivos.
Lo anterior no es de sorprender, ya que si tomamos en cuenta que tan sólo durante el 2020 se registraron en México más de 72.3 millones de jugadores, lo que representó un aumento de 5.5 por ciento con respecto a 2019, de acuerdo con datos del Inegi.
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De igual forma, el mercado de los videojuegos obtuvo cifras récord, pues tan sólo en el país se alcanzaron ventas totales de 32 mil 229 millones de pesos y se estima que se mantenga la industria en los mismos niveles, no sólo por la pandemia, sino porque cada vez se les reconoce por los beneficios que tienen entre los usuarios.
Algunos beneficios
Especialistas consideran que el uso de los videojuegos en los niños y adolescentes ayudan a desarrollar habilidades como la atención, memoria, interacción y comunicación, pues a lo largo de un juego los usuarios deben resolver acertijos y superar obstáculos para completar las misiones, lo que pondrán a prueba sus conocimientos.
Actualmente, la mayoría de los títulos son para jugar en línea, lo que brinda la posibilidad de estar en contacto con gamers de otros países, con lo que el usuario deberá unirse para cumplir objetivos específicos y así salir victoriosos. Al interactuar con otras personas, los niños no sólo mejorarán su comunicación, también aprenderán a trabajar en equipo.
Pero eso no es todo, porque, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Cataluña, las personas que jugaron videojuegos durante su infancia en su edad adulta presentan mejor memoria y atención al momento de trabajar, esto debido a que en los juegos los usuarios necesitan memorizar, descifrar y tener ciertos datos presentes durante toda la aventura, lo que se vuelve una constante en la mayoría de los títulos, esto se traduce en un mayor aprendizaje cognitivo.
Lo anterior, también se ve reflejado en que si los niños cuentan con un videojuego deberán tomar decisiones para avanzar en la trama, lo que no sólo los beneficia para analizar la situación a la que se enfrentan, también les ayuda a forjar un pensamiento crítico y los motiva a reflexionar.
Incluso, se tiene conocimiento de que los videojuegos también benefician a pensamientos como: visual-espacial, lógica-matemática, lingüística, musical, naturalista, cinética-corporal, intrapersonal e interpersonal, con lo que además se impulsa la imaginación. Tal es el caso de títulos como el popular Minecraft, en el que el usuario llega a un escenario solo y debe crear todo un mundo, por lo que estaría materializando sus pensamientos y creatividad.
Ayudan en problemas depresivos
Hace unas semanas se dieron a conocer los resultados de un estudio llevado a cabo por la Universidad de Cambridge, en el que se relacionaron los beneficios de los videojuegos en contra de la depresión.
De acuerdo con especialistas en psiquiatría, del comportamiento y actividad física de dicha universidad, analizaron a más de 11 mil niños y adolescentes de entre 10 y 14 años, quienes fueron divididos entre jugadores y no jugadores.
Quienes jugaron al menos una vez al mes tuvieron una disminución de hasta 30 por ciento en los síntomas depresivos, en comparación con los que no tuvieron ninguna interacción con los videojuegos.
Por otro lado, los niños y adolescentes que utilizaban las redes sociales al menos una vez a la semana desarrollaron más síntomas de depresión.
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