Los juegos de realidad virtual están conquistando el mercado a pasos acelerados, pues en algunos países europeos es más común hallar títulos de este género, por esta razón Palmer Luckey, fundador de Oculus, propuso que los videojuegos deberían ser cada vez más realistas, incluso que el usuario experimente su propia muerte.
La polémica declaración de Luckey se dio a conocer luego de que el Oculus Quest 2 fe confirmado como el visor de realidad virtual más popular en todo el mundo, por lo que considera que para brindar una mejor experiencia para el usuario, debería ser "castigado" como en la vida real.
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A través de su cuenta de Twitter, el fundador de Oculus cuestiona que si en algunos deportes se compite y se está en constante riesgo de morir, por qué no hacer lo mismo en los videojuegos.
Las declaraciones de Luckey desataron una serie de críticas y opiniones al respecto, algunos se mostraron a favor de la propuesta, sin embargo, otro consideraron que agregar esa clase de "riesgo" en un videojuego podría ser algo cruel, ya que los juegos son sólo eso y algo para divertirse y no sufrirse.
Luckey aseguró que su idea no es algo nuevo, pues ya se ha visto en películas, series y libros, en los que se plantea un futuro distópico en el que la tecnología se vuelve más realista.
Una idea nada nueva
En 2010, la Universidad de Pennsylvania presentó un chaleco táctil, el cual llevaba como objetivo ser empleado por los militares para experimentar el verdadero dolor durante un simulador. Los sensores solenoides situados en el pecho, espalda y hombres recrean el impacto de los disparos o navajazos, por lo que el jugador recibiría unas descargas eléctricas. Sin embargo, ya no se concluyó, pues hicieron falta fondos.
También hubo otros proyectos que se quedaron en el desarrollo, por lo que nunca vieron la luz, pero sí hay evidencias de que existieron y que se buscó tener la misma función de brindarle al jugador una experiencia más realista en cada videojuego.
Uno de estos proyectos se llamó ARAIG, el cual se conectaba a la consola y lograba simular los impactos de los disparos, navajazos y golpes. Lamentablemente, aunque la idea era buena, no logró su cometido, pues necesitaba una inversión inicial de un millón de dólares para arrancar su comercialización.
En otros países comenzaron el desarrollo de su propio chaleco o incluso un exoesqueleto, como el Haptic Gaming Vest a cargo de OWO Game. La compañía ha mencionado que su prenda es como una segunda piel, que permitiría a los jugadores sentir más de 30 sensaciones físicas mientras el usuario está dentro de un videojuego de realidad virtual.
Este último chaleco fue anunciado en 2020 y se detalló que era compatible con juegos de teléfonos móviles, PC, consolas y de realidad virtual, por lo que están en charlas con PlayStation para arrancar su comercialización.
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