En diciembre de 2020, autoridades médicas de Europa dieron a conocer que Carmat, el fabricante francés de corazones artificiales, podía comenzar a vender sus dispositivos a partir del segundo trimestres de este año.
Carmat TAH es un corazón artificial, accionado electrohidráulicamente, diseñado para reemplazar al natural durante aproximadamente 5 años. Tiene un peso de 900 gramos, aproximadamente tres veces más que un corazón humano normal, y funciona con baterías de iones de litio.
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Su objetivo es prolongar la vida de miles de pacientes que mueren cada año mientras esperan un donante.
Este dispositivo, que se comercializará bajo la marca Aeson, estará disponible primero en Alemania y su precio superará los 150 mil euros.
El camino para el desarrollo exitoso de este mecanismo, que podrá mejorar la vida de miles de personas, no ha sido fácil.
Todo comenzó en 2008 cuando Carmat presentó una prótesis como solución a pacientes con insuficiencias cardíacas y que no tenían acceso a un donante natural, pero tardó varios años en obtener el permiso para realizar cuatro estudios de viabilidad del procedimiento.
Sin embargo, la empresa se vio obligada temporalmente a suspender las pruebas clínicas de su corazón artificial, después de que el primer paciente, diagnosticado con insuficiencia cardíaca terminal, falleciera dos meses y medio después de la intervención quirúrgica.
En julio de 2014 reanudó sus actividades y en septiembre de ese año llevó a cabo la segunda operación, esta vez con éxito.
Para el 2016 logró operar a cuatro pacientes, y el programa fue extendido para incluir a dos grupos de 10 personas cada uno. En 2018 mostraron resultados positivos de la extensión de su prueba.
Y fue hasta 2020 que la Comisión Europea, aprobó la solicitud de autorización para la distribución comercial de su producto.
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