En el entorno internacional energético destacan dos países, por una parte, Estados Unidos, que gracias a la revolución tecnológica de la fracturación hidráulica se ha convertido en el principal productor de crudo y condensados con 13 millones de barriles diarios en promedio.
Por el otro lado, China, que además de brindarle un mayor dinamismo a la industria petrolera por ser uno de los principales consumidores de petróleo al requerir sobre un cuarto del total de la demanda diaria a nivel global que oscila en 100 millones de barriles; también juega un papel fundamental por sus avances tecnológicos en materia de energía renovable, que de acuerdo a la Agencia Internacional de la Energía, representa el 60% de la nueva capacidad renovable que entrará en funcionamiento a nivel global en 2028.
También apunta la citada agencia, que a pesar de la expansión sin precedentes de la fabricación de energía fotovoltaica en Estados Unidos y la India impulsada por el apoyo de las políticas públicas en estos países; China mantendrá su participación del 80% al 95% de las cadenas de suministros mundiales; además, estima que en el período 2023-2028 desplegará casi cuatro veces más capacidad renovable que la Unión Europea y cinco veces más que Estados Unidos, que seguirán siendo el segundo y tercer mercado de mayor crecimiento.
En el caso particular de Estados Unidos, gracias a la Ley de Reducción de la Inflación aprobada en agosto de 2022, experimenta actualmente una expansión acelerada de las energías renovables, por las disposiciones que contiene para aumentar la eficiencia energética y promover su uso, por supuesto, sin olvidar su seguridad energética.
De esta manera, ambas potencias se entrelazan en la matriz energética global;Estados Unidos como principal productor de petróleo, también avanza sin precedentes en materia de renovables; y China, como punta de lanza tecnológica y de producción de renovables a nivel mundial, es también uno de los principales consumidores de hidrocarburos del planeta.
Por lo tanto, sin dejar de enfrentar el reto y desafío que implica nuestra dependencia del gas natural de Estados Unidos, que es una amenaza seria para nuestra seguridad energética; también debemos voltear al lejano Oriente para conocer y aprovechar las nuevas tecnologías en materia de energía renovable; el tiempo apremia y todos los frentes de la matriz energética nacional son una prioridad.
Por ello, resulta interesante echar un vistazo a la International Digital Energy Expo 2024, que se lleva a cabo en la ciudad de Shenzhen, considerada como la Silicon Valley de China, y que está conectada por río con la Ciudad de Hong Kong.
Allí se exponen los últimos avances tecnológicos de almacenamiento de energíaque impulsan el empoderamiento digital y la construcción de ciudades pioneras en energía digital para enfrentar el calentamiento global; con la interacción de agentes del sector energético global se promueve el acoplamiento del conocimiento, tecnología, capital y servicios para lograr un sistema energéticomoderno, verde, eficiente, flexible, inteligente y sostenible.
POR MANUEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
COLABORADOR
@MANUEL_RDGN
EEZ