El Doctor Patán leyó la noticia y dijo: “Más fake news a cargo del conservadurismo, moralmente derrotado”. ¿Cómo un demócrata, un juarista, cómo el Ex Quinto Presidente Más Popular del Mundo (EQPMPDM), va a impulsar una secuencia sucesoria presidencial con criterios genéticos, onda la monarquía francesa?
Me refiero, claro, a lo de que uno de mis bodocones podría estar siendo candidateado para la presidencia de Morena, en el entendido de que una candidatura bendecida por el EQPMPDM no es una candidatura, sino un nombramiento, y a las especulaciones en torno a que ese nombramiento no sería sino una especie de propedéutico para su lanzamiento, luego del sexenio de la compañera Claudia, como heredero de su padre y presidente de todos los mexicanos.
“Imposible”, se dijo aquí su doctor de cabecera, harto de la tendencia neoliberal a la guerra sucia mediática, una de las manifestaciones más atroces del golpe de Estado blando. Ni que estuviéramos en Corea del Norte.
El primer fogonazo de tequila del viernes, sin embargo, me inoculó la dosis necesaria de lucidez y pensamiento crítico para darme cuenta de que, en una de esas, la noticia no es falsa, y más aun: hay que aplaudirla. A ver. Los bodocones se formaron no solo en una familia de primera, ese entorno como renacentista, pero tropical, en el que se conjugan la alta cultura y el espíritu militante, sino asimismo en el ambiente ideal para forjar líderes populares: Copilco.
Es momento de hacer esta revelación: su doctor fue vecino del EQPMPDM en la bravía unidad del número 300, en pleno cinturón rojo. Ahí aprendí a admirar a ese líder único, con el Tsuru y la humildad de un vecino cualquiera. Bueno, pues estoy en condiciones de asegurarles que nada forja el espíritu de superación y, claro, a la vez, el temple solidario, la conciencia social, como crecer entre fotocopiadoras, puestos de porno pirata a la entrada del metro (hablo de un pasado ya remoto) y joyas de la gastronomía como “Las Cazuelitas”, con un chicharrón prensado que no tenía competencia.
Así que la iniciativa de iniciar una dinastía López no pasa por la genética, sino por la selección natural. Tenemos, ya, a por lo menos tres líderes inmejorables, forjados, digamos, en la aristocracia del espíritu, pero del bienestar. ¿Por qué no dejarnos de prejuicios burgueses, aprovechar ese patrimonio nacional y apostarle a esa vía de la transformación? No ya un segundo, sino, seguiditos, un tercer, cuarto, quinto pisos del cambio, y luego una nueva generación, y así hasta los mil años.
Lamento, nada más, que, por aquello de la tiranía del tiempo y la biología, esta alternativa deje fuera de contiendas futuras a líderes excepcionales como el camarada Gerardo o el doctor Monreal. Pero, dirían las abuelitas, no se puede todo.
Por el bien de todos, primero los López.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09
MAAZ