El periodo de transición en la presidencia de la República que se antojaba casi como un requisito, tiene un horizonte complicado. A menos de un mes de ser ungida como la mandataria más votada en la historia democrática del país, Claudia Sheinbaum tiene que lidiar con las últimas decisiones de Andrés Manuel López Obrador que quiere dejar muy marcado su legado y con los problemas naturalmente heredados de una administración a otra.
Con el Poder Judicial en paro por la inminente reforma, manifestaciones en las calles de trabajadores oponiéndose a ella, miles de estudiantes marchando, socios comerciales de primer orden oponiéndose tajantemente y con un Congreso actuando como lo que siempre criticaron, la plaza se está calentando.
En su último informe de gobierno, López Obrador enumeró sus logros, pero mintió en rubros delicados y esto serán otros problemas que deberá atender de inmediato la presidenta cuando tome posesión.
La primera de ellas tiene que ver con la salud. Nada de que estamos mejor que en Dinamarca. En el sexenio, pasamos de 20.1 millones de mexicanos con carencias en el acceso a servicios a 50.4 millones de mexicanos que no tienen donde atenderse. El fracaso del Insabi y el desabasto de medicamentos han obligado a los mexicanos a gastar hasta el 30 por ciento de sus ingresos en salud. Está en marcha el IMSS-Bienestar, pero con una meta complicada.
En el tema de seguridad, desde el 1 de diciembre de 2018 al 24 de agosto de 2024 se han contabilizado 195 mil 295 homicidios dolosos, un 25 por ciento más que en el sexenio de Enrique Peña Nieto. La estrategia de “abrazos, no balazos” no funcionó.
Una herencia maldita más tiene que ver con la deuda total del país, que llegará a más de 16 billones de pesos al cierre de 2024, representando el 50.2 por ciento del PIB, el nivel más alto de los últimos 24 años. Para una administración que se distinguió por una narrativa de austeridad, es paradójico que lo que más haya incrementado, sea la deuda pública.
No menos relevante que los demás es el bajo crecimiento económico. El promedio anual durante este gobierno apenas fue del 0.8 por ciento, el más mediocre desde el sexenio de Miguel de la Madrid.
En el camino, se van a presentar nuevos problemas. Tranquiliza que el equipo formado por Sheinbaum tiene en áreas sensibles a expertos que proyectan experiencia. Pero en su afán de trascender, AMLO puede dejar más problemas. Las mentiras de hoy serán los problemas de mañana.
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CONTRASEÑA: Sin dar nombres, Marko Cortés me dijo ayer que integrantes del oficialismo se han acercado a senadores de oposición con la chequera abierta, ofrecimientos de cargos públicos, sentarlos con el presidente o con la presidenta electa para negociar, con tal de que cambien el sentido del voto o se ausenten el día de la votación de la reforma judicial. Pero también con amenazas de que les van a abrir expedientes en los estados de dónde son originarios. Tienen dulce o garrote.
POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ
COLABORADOR
@CARLOSZUP
MAAZ