En esto como en todo, el Ex Quinto Presidente Más Popular del Mundo (EQPMPDM) mostró la ruta: el pueblo no necesita ni de arquitectos, porque puede hacer sus casas; ni de ingenieros, porque le salen unos caminos adoquinados muy bonitos; ni de expertos en asuntos petroleros, que, como hemos visto, pueden ser remplazados perfectamente por personal del sector agrícola.
Bueno, pues la ministra del pueblo, congruente con los lineamientos del poder Ejecutivo, que gracias a la revolución de las conciencias y la democracia popular es el único, dejó caer la bomba: con la reforma al poder judicial, podremos vivir sin abogados.
Basta con que el pueblo agraviado llene unos formularios muy claros, muy sencillos, y a lo que sigue, porque los jueces electos democráticamente entre los nominados por Morena procesarán rápida y eficientemente el caso.
A pesar de las muchas amistades que cultiva en el sector abogadil, el Doctor Patán, consciente de que esas amistades pertenecen al universo de los moralmente derrotados, tiembla de emoción ante esta nueva revolución cuarto transformista.
Toda la pureza, todo el candor entrañable, toda la decencia del pueblo bueno quedarán plasmados en esos formularios. “Delito padecido por el demandante: invasión de propiedad.
Descripción del delito: mis vecinos los hermanos Brayan y Yordy Yepes ingresaron a mi propiedad con machetes y una nueve milímetros que les dio el patrón en la alcaldía y nos dijeron que nos abriéramos a la chingada o nos daban piso.
Lugar de la comisión del delito: Huamantla, Tlaxcala. Fecha de la comisión del delito: el martes como a las seis porque mi papá estaba haciendo siesta en la hamaca”. Con este documento en la mano, entregado al nuevo poder judicial por vía de los servidores de la nación, el Brandon Aguilar, recién titulado en Humanitas y por lo tanto libre de los vicios de los juzgadores neoliberales (él es también un ejemplo de la bondad, la pureza y el candor propios del pueblo bueno), da curso al asunto sin tardanzas, corruptelas ni amparos.
Al final, el gobierno de la Transformación resuelve el litigio con una expropiación, atendiendo a los principios del bien común y de consolidar la rectoría del Estado, que celebran con tanto entusiasmo y tanta razón los intelectuales ex socialdemócratas, hoy demócrata-populares, que antes se reunían en el bar Covadonga.
Sí: es, lo repite su doctor de cabecera, un gran momento para estar vivo. Mis condolencias a los amigos del sector litigante, pero, como nos enseña la constitución de la Ciudad de México, es momento de anteponer los derechos de la comunidad a los individuales.
Solo una petición para las autoridades capitalinas, la compañera presidenta electa y, claro, el EQPMPDM: porfa, no extiendan esta revolución al mundo de la medicina. México necesita doctores.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09
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