COLUMNA INVITADA

Esperanza en las calles

Embriagado de poder, el oficialismo no ve, ni escucha a las juventudes que salieron a las calles a manifestar su desacuerdo con la destrucción del Poder Judicial

OPINIÓN

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Ana Lilia Herrera Anzaldo / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Embriagado de poder, el oficialismo no ve, ni escucha a las juventudes que salieron a las calles a manifestar su desacuerdo con la destrucción del Poder Judicial, para subordinarlo a los intereses del Poder Ejecutivo. Al contrario, los minimiza y tacha de manipulados por el neoliberalismo y sus maestros. Se niega al diálogo.

Quienes por décadas exigieron contrapesos a los excesos del presidencialismo, hoy meten el acelerador, pero en reversa.  Olvidan que las y los jóvenes se distinguen por su rebeldía natural y su ímpetu audaz, y que muchos movimientos juveniles han marcado un parteaguas en la sociedad y la política, no solo de México, sino también del mundo, siempre para defender derechos, libertades y naciones, no opresores.

Hace unos días, fuimos testigos del movimiento de estudiantes de Derecho de diversas universidades en todo el país, quienes salieron a las calles de forma espontánea para manifestarse en contra de la reforma judicial que impulsa el oficialismo, con su mayoría legislativa tiránica.

Es conmovedor y motivador ver a miles de jóvenes que se organizaron libremente y salieron a defender la democracia en varias ciudades del país simultáneamente. Es esperanzador que la juventud mexicana nos demuestre su patriotismo al defender la Constitución y la República, hoy amenazadas por una mayoría oficialista voraz que quiere destruir al Poder Judicial.

Es cierto: hoy la justicia no está al alcance del pueblo mexicano y la impunidad es la constante. Urge una reforma a nuestro sistema de justicia y eso no lo garantiza la reforma judicial planteada por el oficialismo, porque su objetivo es arrebatar la independencia de jueces y magistrados, para mantenerse en el poder.

El movimiento estudiantil contra la reforma judicial tiene el potencial de convertirse en un catalizador para un debate más amplio sobre la importancia de poner los mismos límites y frenos a los excesos en el poder, que los oficialistas de ahora, exigían como oposición. Es inadmisible que pretendan tirar la misma escalera que usaron para subir.

Si bien es temprano para predecir el desenlace de este movimiento, su capacidad para expandirse orgánicamente y conectar con las preocupaciones más amplias de la sociedad es una señal alentadora. La lucha contra la reforma judicial podría servir como un punto de inflexión en la política mexicana, movilizando a la ciudadanía en defensa de la justicia y la democracia.

Tarde o temprano la cruda moral de esta borrachera de poder caerá sobre aquellos que ignoran hoy a los jóvenes, sintiendo que son eternos. La historia nos muestra que no debemos minimizar la protesta de las juventudes.

Quienes han subestimado a los jóvenes, han quedado en el basurero de la historia. Ojalá reflexionen los morenistas y sus aliados incondicionales, pues el sexenio que comenzó con una transición democrática, hoy termina con una innecesaria crisis institucional en su pretensión de acumular poder, y solo generan incertidumbre, desconfianza y una profunda decepción.

POR ANA LILIA HERRERA ANZALDO

@AnaLiliaHerrera

Presidenta del PRI EDOMEX

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