COLUMNA INVITADA

¿Qué sigue para la salud en el segundo piso de la 4T? Hacia una prevención y cultura

El énfasis del modelo será integral, iniciando desde la promoción de la salud

OPINIÓN

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Diana López Zurita / Columna invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Una de las políticas de salud por destacar, fue la modificación hecha en 2020 a la Norma Oficial Mexicana NOM-051-SCFI/SSA1-2010, Especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados-Información comercial
y sanitaria. 

La NOM-51 se basa en un etiquetado octagonal de 1 a 5 sellos que, de forma clara y sencilla, muestran cuando un producto de consumo excede la ingesta recomendable en ingredientes como: calorías, grasas saturadas, grasas trans, azúcar y sodio. 

Conforme a los datos de 2021 de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), “64% de la población utilizó el etiquetado frontal como guía de consumo; y 74% consideró al etiquetado como una medida positiva para el cuidado de su salud”. 

Esta política visibilizó que el cuidado de salud no sólo concurre en los espacios de la práctica médica, sino también mediante el comportamiento de las personas al momento de elegir un consumo más saludable. 

Para la salud en México, ¿qué sigue? El Proyecto de Nación de la doctora Claudia Sheinbaum contiene 100 pasos para proseguir con la Transformación de México. Los pasos 38 al 44 corresponden a la República Sana. 

Entre los proyectos que vienen surge una propuesta que abonaría a la salud de la población mexicana, nos referimos a la “Prevención y cultura de la salud”. Esta política ampliará la práctica médica al integrar la salud del individuo y de la comunidad. 

El énfasis del modelo de la 4T será preventivo e integral, iniciando desde la promoción de la salud desde edades tempranas. 

Ahora bien, ¿a qué llamamos un modelo preventivo e integral de salud? Vamos por partes. 

Primero, un modelo preventivo para la salud son aquellos procesos que fortalecen las decisiones culturales sin importar la condición socioeconómica, etaria o de género. 

La NOM-51 mostró cómo la salud se dimensionó más allá de la práctica médica, lo cual permitió crear una corresponsabilidad cultural y un autocuidado con la participación ciudadana en cuanto a la elección del consumo alimentario. 

Segundo, un modelo integral para la salud implica procesos que comprendan los factores de riesgo como
el sobrepeso y obesidad; los hábitos, rutinas y estilos de vida, y el envejecimiento. 

Un modelo integral reconoce que los problemas son multifactoriales, no hay una sola causa que promueva las enfermedades. 

Nuestra historia personal y familiar, el ambiente y el contexto social importan. Si pretendemos controlar, reducir o eliminar los riesgos para la salud es necesario transitar hacia una cultura de la prevención en México.

POR DIANA LÓPEZ ZURITA

COLABORADORA

MAAZ