COLUMNA INVITADA

México: Un nuevo amanecer con la Cuarta Transformación

La reciente aprobación de la reforma judicial, un hito histórico en nuestro país, pone el poder en manos del pueblo y garantiza que sea éste quien mande

OPINIÓN

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Jorge Argüelles Victorero / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

El grito de “¡Viva México!”, que resonó con fuerza en la voz del presidente Andrés Manuel López Obrador el 15 de septiembre pasado no fue sólo un mero acto protocolario, fue el eco de la voz de la esperanza que hoy recorre los rincones de nuestro país. Mientras los agoreros del desastre apostaban y siguen apostando por la caída de los mercados y la depreciación de nuestra moneda, la economía mexicana se fortalece de manera sorprendente, confirmando así la solidez del proyecto de nación que impulsamos desde la Cuarta Transformación.

La reciente aprobación de la reforma judicial, un hito histórico en nuestro país, pone el poder en manos del pueblo y garantiza que sea este quien mande verdaderamente. Esta es una transformación profunda, porque no es un simple cambio en las estructuras del Poder Judicial, es poner la soberanía en manos de quienes siempre debieron ostentarla: los ciudadanos, el pueblo mexicano.

Sabemos que por décadas, una mafia del poder enquistada en las más altas esferas económicas y políticas cabalgó sobre las espaldas, las penas y tragedias del pueblo mexicano, lastimando sus aspiraciones y cercenando sus derechos. Pero hoy, gracias a la visión y determinación de nuestro gobierno, el de Morena, el de la 4T, esa oscura época está quedándose atrás. Estamos desterrando el poder económico que antes dictaba el rumbo del país, y estamos construyendo un orden nuevo, donde la voluntad popular guía nuestro destino nacional.

La reforma judicial no es únicamente un cambio legislativo; es la materialización del anhelo de millones de mexicanas y mexicanos que por años pidieron un sistema de justicia verdaderamente al servicio del pueblo. Con la elección de jueces y magistrados por voto popular, ahora garantizamos que quienes impartan justicia estén en sintonía con las necesidades y valores de la sociedad a la que sirven.

Por otra parte, en contra de los pronósticos catastrofistas de varios opositores e intelectuales orgánicos de la oposición, la economía mexicana ha demostrado una resiliencia admirable. El peso mexicano se mantiene fuerte, la inversión extranjera sigue fluyendo y los indicadores macroeconómicos reflejan una estabilidad que muchos creían imposible en medio de las transformaciones en curso. Esto prueba de manera irrefutable que el camino elegido por la Cuarta Transformación es el correcto.

El presidente López Obrador no sólo ha regresado el poder al pueblo, ha instaurado mecanismos para asegurar que este poder permanezca en manos de quienes realmente deben ejercerlo. La democracia participativa se fortalece día con día, y la ciudadanía tienen ahora herramientas de a de veras para poder influir en las decisiones que afectan sus vidas.

La grandeza de México hoy se está manifestando más fuerte que nunca, y lo hace en la unidad del pueblo, en la fortaleza de sus instituciones renovadas y en la visión de un futuro próspero y justo para todos. El grito de "¡Viva México!" es de esperanza, es un grito que encarna la promesa de un país donde el bienestar de todos, y primero los pobres, prevalece ya sobre los intereses particulares.

La Cuarta Transformación, pues, no es únicamente un proyecto político; es un gran movimiento histórico que está redefiniendo lo que significa ser mexicano en pleno siglo XXI. Es el despertar de nuestra nación que por fin se está sacudiendo la maldición de la corrupción y la desigualdad para surgir como el faro de esperanza y justicia social.

En este nuevo México, en el México que propone y construimos en la 4T, el pueblo elige a sus gobernantes y participa activamente en la construcción de su destino. La reforma judicial es parte de una serie de cambios profundos e institucionales que continuarán empoderando al pueblo y fortaleciendo a nuestra democracia.

El camino que debemos recorrer aún es largo, es cierto, pero la dirección es clara y mantenemos el rumbo firme porque el pueblo camina a nuestro lado. México avanza de manera decidida hacia un futuro de justicia, de igualdad y de prosperidad, se acabaron los privilegios de unos pocos e iniciaron los derechos de todos. Día con día estamos construyendo la grandeza de nuestra nación con el esfuerzo y la participación de mexicanas y mexicanos comprometidos con la transformación nacional.

¡Viva México! ¡Viva la Cuarta Transformación!

POR JORGE ARGÜELLES VICTORERO

COLABORADOR

@JORGEARGUELLESV

MAAZ