COLUMNA INVITADA

Chuecos y ¡sin freno!

Sin regulaciones, sin vigilantes, sin evaluaciones, sin freno… el autoritarismo va y no habrá espacio para disentir, ni siquiera para quienes hoy aplauden

OPINIÓN

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Ana Lilia Herrera Anzaldo / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Sin regulaciones, sin vigilantes, sin evaluaciones, sin freno… el autoritarismo va y no habrá espacio para disentir, ni siquiera para quienes hoy aplauden y secundan la sinrazón de concentrar en una sola persona, el poder de aprobar el gasto público, ejercerlo, auditarlo, legislar y aplicar sanciones o perdones a conveniencia.

Y por si fuera poco, una militarización que avanza a pasos agigantados. El gobierno en manos de Morena y sus secuaces (PT y PVEM), impulsa corregidos y aumentados, los excesos que antaño criticó. Una vez cruzado el puente, lo quiere dinamitar.

Habla de moral y de justicia, pero intercambia favores por impunidad. Morena y sus aliados cobijan en sus filas a quienes antes acusaron de corruptos y los purifican “por el beneficio que va a significar para el futuro del país”. Seis años después y a falta de resultados, ya no alcanza con repartir culpas, por eso buscan destruir todo contrapeso que evidencie la realidad.

Secuestrado el Poder Judicial, ahora van por los organismos constitucionales autónomos. Adiós a todo lo que incomode: quieren ser juez y parte, como hicieron al desaparecer el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa y sustituirlo por un organismo pu´blico descentralizado: la Comisio´n Nacional para la Mejora Continua de la Educacio´n (Mejoredu), que guarda un penoso silencio en torno a la desaparición de contenidos y errores de los nuevos libros de texto gratuitos, la eliminación de recursos para capacitar al magisterio o la disminución de recursos al de por sí insuficiente programa nacional de inglés en escuelas públicas, por mencionar solo algunos de los retrocesos.

Para terminar de armar un sistema político “a modo”, el dictamen ya espera en la Cámara de Diputados, con el objetivo de reformar la Constitución, a fin de desaparecer algunos de los organismos constitucionales autónomos y absorber sus funciones desde el Poder Ejecutivo.

Si hoy el gobierno federal no reconoce ni sus propios datos oficiales en materia de inseguridad, ¿qué pasaría con un INEGI a modo?, ¿con la desaparición del INAI, que no solo nos permite acceder a la información gubernamental, sino que protege nuestros datos personales?, ¿cómo se regularía la competencia económica, a través de cuotas y cuates?

“Queremos –dicen-- que haya un auténtico Estado de Derecho, que se acabe con la simulación, porque lo que hay es un estado de chueco y de cohecho, no de derecho” y para alcanzar en el Senado la mayoría calificada que no obtuvieron en las urnas, ni con la sobre representación, se van por el camino chueco: amenazan, cooptan y brindan impunidad.

Fieles a su estilo, desmantelaron ya nuestro Estado de Derecho e impondrán el del mundo al revés, el chueco: porque ya no hay primacía de la Ley; se ignora el sistema jurídico de normas; los actos de administración carecen de lagalidad, destruyeron la separación de Poderes, no protegen ni garantizan los Derechos Humanos, y no admiten examen alguno sobre la constitucionalidad de las leyes, pues les estorba el amparo, la controversia constitucional y la acción de inconstitucionalidad. Por eso buscan imponer jueces incondicionales e improvisados.

En su libro Patas arriba, la escuela del mundo al revés, Eduardo Galeano se preguntaba: “¿Será esta libertad, la libertad de elegir entre esas desdichas amenazadas, nuestra única libertad posible? El mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo: así practica el crimen, y así lo recomienda. En su escuela, escuela del crimen son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación. Pero está visto que no hay desgracia sin gracia, ni cara que no tenga su contracara, ni desaliento que no busque su aliento. Ni tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela.”

Se impone no rendirnos y seguir levantando juntos la voz, conscientes de que bajo un régimen autoritario, el mañana solo puede ser peor que hoy, y porque como afirmó la valiente Norma Piña: “nadie tiene el monopolio del amor por su país”, este México que es de todos.

POR ANA LILIA HERRERA ANZALDO

@AnaLiliaHerrera

Presidenta del PRI EDOMEX

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