COLUMNA INVITADA

Duelo de tiranías...

Las democracias viven sus experiencias políticas bajo los métodos de decisión entre mayoría y minorías, y con este mecanismo los ciudadanos pueden sustituir gobiernos por otros sin derramar una gota de sangre

OPINIÓN

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Diego Latorre / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Las mayorías son las que dominan el escenario, pero pueden darse circunstancias en el que el grupo minoritario se encuentre en una posición ventajosa con respecto a la mayoría.

Así como un sistema democrático mayoritario no brinda todas las garantías constitucionales respecto de los derechos y privilegios de la minoría, más allá de los derechos políticos primordiales a que deben aspirar, estos sistemas también son incapaces, por sí solos, de impedir que una minoría, inflija daños a una mayoría.  

La “tiranía de las mayorías” es un concepto acuñado por el liberal Alexis de Tocqueville en su crítica “La democracia en América” de 1835, no sin antes partir de una premisa fundamental: “La voluntad de las mayorías es el origen de todos los poderes.”

Actualmente no podría entenderse un sistema democrático sin la protección de las minorías, pero aquí sí advirtiendo que, la minoría tiene como límite la preservación de los derechos comunes primordiales y esenciales del mayor número de ciudadanos, pero bajo el respeto de los demás y la aceptación plural de los intereses del grupo social, de lo contrario, éstas podrían abusar de las oportunidades que tengan para vetar las decisiones mayoritarias y que exceden al grupo mayor de intereses que aglutina. ¿Hasta qué punto es permisible que una minoría objete planes o acciones de gobierno que excede a estos intereses? 

En la actualidad, el consentimiento de los actores políticos de respetar las normas y procedimientos establecidos en elecciones libres para cargos uninominales y de representación proporcional, en voto secreto, universal y directo, es el resguardo de los derechos políticos en igualdad y bajo el principio del pluralismo, y a partir de ahí, exponen sus ideas y planes de gobierno, con el expreso respeto al resultado electoral, donde se definirán a la mayoría y la minoría.

Con esta idea, las minorías deben procurar, bajo los canales democráticos, exponer y defender su posición, pero en todo momento considerando que se gobierna para las mayorías.

Las democracias viven sus experiencias políticas bajo los métodos de decisión entre mayoría y minorías, y con este mecanismo los ciudadanos pueden sustituir gobiernos por otros sin derramar una gota de sangre.

El desempeño de las minorías bajo los canales democráticos e institucionales, legitiman su posición política en cuanto a la defensa de sus posiciones, cuando se actúa de manera legal y dentro de los cauces institucionales en contra de los planes adoptados por las mayorías. 

Al final, este enfrentamiento entre mayorías y minorías contribuye a elevar el debate, y a brindar al ciudadano diversas opciones; y en esta travesía, para unos habrá tiranía y para otros, arbitrariedad, pero lo cierto es que, la tiranía puede darse sin romper lo establecido en la ley, en cuyo caso no es arbitrariedad; y la arbitrariedad podrá ejercerse a favor de los gobernados, en cuyo caso no es tiranía. ¡Qué dilema!

POR DIEGO LATORRE LÓPEZ 

@DIEGOLGPN 

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