DEFINICIONES

Dos senadores bajo sospecha

La palabra de los Yunes no vale nada, por eso aunque nieguen que pactaron para votar la reforma al Poder Judicial, nadie les cree

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Los señalamientos se han concentrado en el senador del PAN, Miguel Yunes Márquez que, no solo quedó retratado como mentiroso, sino que se acobardó y dio la espalda a sus electores en la votación del Senado para aprobar la reforma al Poder Judicial. Está apestado. Pero no debe ser el único bajo el reflector.

Yunes encarna el rostro de la traición. Llegó al Senado vestido de opositor y a diez días de iniciada la Legislatura se quitó el disfraz y tras un acuerdo inconfesable, dio el voto 86, necesario para que la reforma fuera avalada. Engañó a sus electores para salvarse a sí mismo y a su familia, investigados por presuntos actos de corrupción.

Mintió afirmando que votaría en contra -lo dijo con todas sus letras días antes de la votación- y mintió afirmando que se ausentaba por “problemas de salud”, cuando en realidad pidió licencia para que su padre, Miguel Ángel Yunes Linares lo defendiera en Tribuna, y unas horas después apareció sano y reasumió su escaño.

Su palabra no vale nada. La de Yunes Linares tampoco. Por eso, aunque nieguen que pactaron con la 4T, nadie les cree.

Es sabido que padre e hijo, senador propietario y suplente, se reunieron el viernes de la semana pasada a mediodía con Adán Augusto López. Ahí habrían acordado lo que ya es público: congelar las carpetas de investigación, cesar la “persecución” y “respetarle” las candidaturas a las alcaldías del Puerto de Veracruz y Boca del Río, por el partido Verde; ellos pondrían candidatos. Yunes Márquez sería uno de ellos. Y aunque la próxima gobernadora de Veracruz Rocío Nahle se opuso a semejante cheque en blanco, Adán se impuso… por ahora. ¿Cuánto tiempo resistirá Nahle antes de comenzar la persecución contra sus adversarios? No mucho.

Los Yunes pactaron. No tendría que haber sorprendidos. Así son. Si acaso llama la atención la ingenuidad de Marko Cortés de entregar a hijo y padre el escaño.

Pero los veracruzanos no son los únicos bajo sospecha. Crecen los rumores de otro acuerdo inconfesable entre un senador de MC y el coordinador morenista en el Senado. ¿Solo él está en la ecuación o Dante Delgado forma parte de la misma?

Resulta difícil entender que, con el control que tiene Dante en su partido, hubiera permitido que uno de los cinco senadores naranjas saliera de la CDMX el día de la votación y se ausentara. El senador Daniel Barreda forma parte del grupo político perseguido por la gobernadora Lydia Sansores. De hecho, es senador de rebote, y no tiene suplente, porque él era el suplente de Eliseo Fernández, a quien bajaron seis días antes de la elección por ser prófugo de la justicia.

¿Es creíble que estuvo todo el día de la sesión “acompañando” a su padre? ¿No pudo volar a la CDMX a votar? Barreda fue presionado y en la 4T aseguraban desde la semana pasada que había comprometido su voto. Él fue evasivo, hasta que acorralado debió fijar postura: “votaré totalmente en contra”, dijo. Pero no se presentó. Cercanos a Adán contaban con ese voto. En realidad, iban por tres, pero el tercero no cuajó: Miguel Riquelme del PRI.

Con dos tuvieron. Un voto a favor (Yunes) y una ausencia (Barreda), aderezada con la extraña “desaparición” de un senador durante más de 10 horas. ¿Tan difícil le resultó al legislador de MC llamar a su coordinador parlamentario Clemente Castañeda? Raro.

Nada se mueve en MC si Dante no lo sabe. ¿Fue esta la excepción? ¿O estuvo enterado de todo?

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN    

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM                              

@MLOPEZSANMARTIN 

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