Se está formando la tormenta perfecta y no nos referimos a las torrenciales lluvias que se están dando a lo largo y ancho del país y, en especial, en la Ciudad de México, sino a la turbulencia política que se vive en estos momentos, debido a los acontecimientos recientes como la llamada “sobrerrepresentación” o la reforma de fondo para el poder judicial.
Los órganos internos garantes de la democracia en el país ya han dado su veredicto en el primer caso. Tanto el Instituto Nacional Electoral (INE) como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
La sobrerrepresentación implica que un partido político obtiene en función de determinados mecanismos electorales, un porcentaje de escaños ya sea en la cámara de Senadores o de Diputados, superior al porcentaje de votos ganados en las urnas.
Al respecto, la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), afirmó que respetará la decisión del TEPJF porque creen y defienden a las instituciones, aunque reiteraron que no comparten los argumentos de la sobrerrepresentación a favor de una coalición.
En el caso de la reforma al poder judicial de igual manera existen voces a favor y en contra, tanto de los que se dicen estudiosos del derecho y coinciden en que será perjudicial para el país, como de los “reporteros” que acuden a las mañaneras que en algunos casos lo único que hacen es leer o repetir lo que les dan a leer.
Además de grotesco y desalentador que resulta escuchar o leer a esas voces que ni siquiera entienden lo que repiten, es todavía más preocupante observar que se está formando una tormenta perfecta, en donde sino se crean las condiciones idóneas de un marco legal seguro, la inversión extranjera saldrá corriendo del país.
Al salir la inversión extranjera o nacional del país, se crean las condiciones idóneas para que no se generen nuevos empleos, para que el dólar siga su escalada sin freno, creándose la tormenta perfecta para una severa crisis económica.
El dólar sube, entre otras causas, porque se genera una incertidumbre económica y política, ya que los inversionistas tienden a ser más cautelosos ante las transiciones del poder ejecutivo, como sucederá el próximo 1 de octubre en nuestro país.
La noticia del llamado plan “C” generó nerviosismo desde que el grupo parlamentario de Morena en la Comisión Permanente en San Lázaro anunció que las reformas constitucionales enviadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador se votarían para septiembre.
Ahora que ven propios y extraños que la coalición de la 4T acompañado de dos trasnochados chapulines de lo que una vez fue el PRD tendrán mayoría calificada tanto en la Cámara de Diputados y Senadores, pone muy nervioso a los mercados.
Es claro que los inversionistas están comportándose en forma cautelosa ante el cambio de gobierno, normal ante cualquier sucesión presidencial. Lo realmente delicado y por lo que al parecer están entrando en pánico los inversionistas, son las mayorías en las cámaras con las que pretenden aprobar todas las reformas constitucionales que, según ellos, el 2 de junio les ordenó el pueblo de México.
Seamos sinceros, por ejemplo, más de uno se pone nervioso de ver al “plebeyo” Gerardo Fernández Noroña como presidente de la Cámara de Senadores.
POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO
COLABORADOR
eduardomacg@icloud.com
@eduardo84888581
MAAZ