COLUMNA INVITADA

Dimensiones reales

Para China, somos un cliente de entre muchos, no un socio comercial, puesto que nos venden manufactura; y México les exporta materia prima, que sólo resulta valiosa en la medida en la que dicho país no la consiga con mejores beneficios

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

México es un país que durante poco más de 30 años ha tenido vínculos comerciales internacionales, el más importante el que nos vincula con Estados Unidos y Canadá, perder esa interacción del T-MEC, puede darse por muchas circunstancias, la más relevante la actual situación de incertidumbre política que estamos viviendo, y podemos analizar qué es lo que puede variar teniendo en cuenta que pretendemos que la inversión China, sustituya ese tratado dado que suponemos que dicha nación está en conflicto con Estados Unidos y que, por ello, nos beneficiaria.

Lo primero que tendríamos que evaluar es lo siguiente: Para China, somos un cliente de entre muchos, no un socio comercial, puesto que nos venden manufactura; y México les exporta materia prima, que sólo resulta valiosa en la medida en la que dicho país no la consiga con mejores beneficios, en algún otro punto del planeta. 

El lugar privilegiado que solemos tener bajo las alas de los dos países poderosos, se tendría que generar de forma aislada, desde luego, se puede, sin embargo, no debemos engañarnos, esa situación afectaría a toda la población de nuestro país, desde algo tan cotidiano y primario, como la carne de los tacos, hasta todo el conjunto de insumos primarios, secundarios y terciarios que importamos ya sea en forma material o de servicios, para dar el soporte a nuestro país. 

Gran parte de la generación “milenial”, y mucho menos la “Z”, desconocen que existieron tiempos donde los anuncios gubernamentales nos recetaban comer atún, porque se restringió la compra de dicho alimento mexicano, por parte de Estados Unidos; y nos quedamos con el producto excedente.

La razón. El descuido en la pesca masiva que ocasionaba el sacrificio de delfines que nadaban en conjunto de bancos de peces. Seguro tampoco recuerdan la carencia de mercancías que hoy damos por sentado; en cualquier casa. Piensa en lo básico, y no hablo, únicamente, del papel higiénico; por ejemplo: Tus cápsulas de café, tus termos donde los llevas, las cafeterías de marca, el auto que te encanta, un pan diferente, la leche deslactosada, tus tenis favoritos, la camisa de algodón, los jeans que son compatibles con tus gustos, y un largo etcétera. 

En las Fiestas Patrias, Navidad; artículos, como: cerdo, pavo, frutas se agotaban, por lo que, en algunas ocasiones, se echaba de menos la cebolla o las tostadas. Cierto es que vivíamos bien, pero un poco menos cómodos, hoy vivimos de forma relajada.

Supongo que de entre tantas cosas, menos frecuente, es darnos cuenta de que la carencia de materiales de construcción; hacía lucir todo igual, desde la pintura hasta los muros; pasando por las puertas, fachadas y los interiores. Ahí tienes a las Unidades departamentales como: Lomas de Plateros, o Independencia, pasando por la Kennedy en la Balbuena.

De forma similar esa situación se daba con la maquinaria agrícola e industrial de la cual solo se contaban con algunas marcas, demasiado caras, para ser adquiridas por empresas chicas o medianas y mucho menos por los campesinos. La medicina fue otra de esas industrias que logró fortalecerse y llenar el mercado de genéricos logrando hacer obsoleto, el dicho aquel de qué: “La medicina más cara es la que no existe”. Hoy tener restricciones a esas pequeñas o grandes cosas nos parecen lejanas.

Lo anterior es un recordatorio de la enorme cantidad de elementos que nos hacen la vida más confortable desde hace treinta y tantos años. 

Por supuesto, nadie puede negar el hecho de que podríamos subsistir, sin un vínculo comercial con América del norte, pero seguramente no sería tan grato despertarse sin las cápsulas de café; o bien, tus tenis favoritos que hacen conjunto con tu camisa de algodón. Porque, aunque se piense que todo se hace en China, lo que debes tener en cuenta, es que la mayoría de las marcas son americanas, por lo tanto, no se compran directamente al país asiático, sino a la empresa dueña de la marca.

Ahora bien, seguro se te ocurrió ver una peli o serie en Netflix, Disney Channel; o pedir todo lo que quieras en Amazon, pues con la novedad de que la enorme cantidad de plataformas digitales, también dependen de tratados internacionales que aumentan y decrementan sus costos de servicios, importación y traslado, teniendo en cuenta el tipo de vinculación comercial con cada país. Me queda claro que, en el horizonte, tenemos buenos operadores comerciales que encabezaran Secretarías de Estado, cuya finalidad será estabilizar el país; ojalá los dejen operar.

Pero lo más relevante de esta realidad es que afecta; la cantidad y calidad de los trabajos a los que acudimos y que nos permiten todo lo anterior, porque gran parte de las empresas pueden dejar de tener motivos económicos y prácticos, para permanecer en este país. Reitero no sería catastrófico, sería limitante y, por lo tanto, incomodo.

Claro que nos podemos acostumbrar, pero no sé si te guste.

POR SARA MORGAN
@MORGANSAREL
CONSULTORA LABORAL
DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB

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