La noche del sábado 24 de agosto del presente año, el multimillonario fundador de la aplicación de mensajería conocida como Telegram, Pavel Durov, fue detenido en el aeropuerto Le Bourget, en las afueras de París, Francia, según informaron diversos medios de comunicación locales. El arresto del CEO de esta importante red social forma parte de una investigación policial centrada en la falta de moderadores en Telegram, que las autoridades consideran permite el desarrollo de las actividades delictivas en el conflicto entre Ucrania y Rusia, así como también, por ser utilizada regularmente por grupos subversivos para masificar su propaganda ideológica en toda Europa, además de una veintena de cargos alusivos a pornografía infantil, tráfico humano, entre otros delitos.
Lo anterior cobra especial relevancia, debido a que Durov, abandonó Rusia en 2014, después de negarse a cumplir las exigencias de cerrar las comunidades de la oposición al régimen soviético en su primera plataforma de medios sociales denominada VK, la cual después vendió.
El oligarca ruso, que de acuerdo con la revista Forbes tiene una fortuna de 15.500 millones de dólares (casi 14 mil millones de euros), dijo que algunos gobiernos habían intentado presionarle, pero que la aplicación, que cuenta ya con 900 millones de usuarios activos, debía seguir siendo una “plataforma neutral” y no un “actor en la geopolítica”.
¿Pero qué significaba seguir siendo neutral en términos geoestratégicos?
Después de que iniciará el conflicto entre Rusia y Ucrania en 2022, Telegram se ha convertido en la principal fuente de información, la cual no cuenta con ningún tipo de filtro en los contenidos que difunde (inclusive a veces con contenido gráfico y engañoso- sobre la guerra y la política que rodea el conflicto).
La aplicación se ha convertido en el medio de difusión preferido por el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y sus funcionarios. Por su parte, el Kremlin y el gobierno ruso, también la utilizan para difundir sus noticias y contenidos más relevantes.
Mientras tanto, la justicia francesa sostiene que la falta de moderación en Telegram y la ausencia de cooperación de Durov con las autoridades de aquella nación, junto con las herramientas que la plataforma ofrece, como números desechables y criptografía, lo convierten en cómplice de delitos como el tráfico de drogas, pedofilia y fraude.
Dicho de otra manera, Durov es sospechoso de no tomar acciones para impedir el uso de Telegram con fines criminales.
Sin embargo, el asunto amenaza con convertirse en un motivo de enfrentamiento geopolítico en pleno conflicto entre Rusia y Ucrania, ya que, para muchos analistas la aplicación se ha convertido en "un campo de batalla virtual", que buscaría definir los círculos de poder en el espacio cibernético. Un aspecto muy importante, ya que ayudaría a justificar la narrativa discursiva y mediática de cualquiera de los dos bandos.
Paradójicamente las primeras críticas a las acciones implementadas por las autoridades francesas, han provenido desde Moscú y en palabras de la defensora de derechos humanos en aquella ciudad, Tatiana Moskalkova, acusó a París de detener a Pavel con el fin de cerrar la plataforma. "Es absolutamente evidente que la auténtica razón del arresto es el intento de cerrar Telegram, la plataforma de internet donde se puede conocer la verdad sobre lo que ocurre en el mundo".
Molskalkova denunció que París acusa a Dúrov, ya que su objetivo es "lograr el control total de la libertad de expresión".
Así mismo, otros celebres personajes como, Ellon Musk, también se han pronunciado con relación a esta situación, asegurando que "hoy es Telegram; mañana será X". Incluso Edward Snowden, ha calificado el arresto de "asalto" al derecho de libertad de expresión: "Estoy sorprendido y muy apenado de que Macron haya bajado al nivel de tomar rehenes como medio para acceder a nuestras comunicaciones privadas".
Y es que la detención del creador de Telegram, pudiera ser solamente parte de una investigación en curso que habrá de comprobar los nexos de células delictivas internacionales con ramas delincuenciales como el tráfico infantil, pornografía o ciberdelitos como robo de identidad, fraude, entre otras modalidades.
En el mejor de los casos esta serie de acciones judiciales encumbrarían el cumplimiento de la justicia al mundo cibernético y a las aplicaciones de comunicación como esta red de mensajería; aunque en el peor escenario, pudiera también interpretarse, como el inicio por la puja que muchos gobiernos en el mundo intentarán, llevar a cabo, en contra de los dueños de estos medios de comunicación en aras de disminuir los espacios de disidencia o alternancia informativa que no sean proclives a sus intereses políticos.
Esta por supuesto, sería la muerte de la democratización de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea, ya que, cualquier móvil que estuviera bajo sospecha, seria motivo de persecución o exhaustivo control de sus publicaciones y contenidos.
El caso de Durov y Telegram, es el inicio de una nueva etapa de la lucha por la libertad y la apertura sin límites o restricciones del espacio cibernético y lo que hay en él. La democracia con filtros informativos o descafeinada, pareciera ser un discurso que comienza a posicionarse con claridad en los años recientes, pero cuyo espíritu, no necesariamente acataría la voluntad de las mayorías, sino todo lo contrario.
Sera interesante darle seguimiento a este caso y a juicios como el de Tik Tok y otro tipo de plataformas digitales cuyos contenidos han despertado mucho interés por ser controlado por algunos gobiernos que ven amenazados su seguridad nacional y la estabilidad de la convivencia de sus internautas.
POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES
PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
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