Más de una semana estuvieron cerradas las 191 tiendas Oxxo de Nuevo Laredo, Tamaulipas y siete estaciones gasolineras de la misma cadena. Nueve días donde más allá de las pérdidas económicas, los habitantes de esa parte de la frontera tuvieron que acostumbrarse a una consecuencia más de la injerencia de la delincuencia organizada en la vida diaria.
Qué tan ensoberbecidos estarán los integrantes del “Cártel del Noreste”, para atreverse a amenazar a uno de los grupos económicos más importantes del país. Ahí, esta ramificación de “Los Zetas” tiene el control de la economía criminal.
En Matamoros, donde opera otro cártel, el del Golfo, ya en octubre del año pasado se habían interceptado pipas que transportaban gasolina importada para obligar a los operadores a tirarla en medio de la carretera por no comprarles a ellos. Esta es la realidad de Tamaulipas: extorsiones, venta de droga, tráfico de migrantes, cobro de peajes y de cuando en cuando, balaceras que ponen en riesgo a toda la población.
La delincuencia está llevando a la quiebra a miles de empresas y negocios, que sin la capacidad para pagar los elevados costos de las extorsiones, prefieren cerrar y huir. De acuerdo con un reporte del Instituto para la Economía y la Paz, el impacto de la inseguridad en México llegó a 4.9 billones de pesos en 2023.
El gobierno responde precavidamente, diciendo que solo fue una extorsión a una cadena de tiendas, que las demás siguen operando sin problema ¿Eso se supone que debería de tranquilizarnos? De acuerdo con la Coparmex, 31 delitos de extorsión se cometen al día, de los cuales, aproximadamente, una tercera parte corresponde al pago por derecho de piso.
En medio de esto debemos lamentar la pérdida de las personas que han osado levantar la voz. A solo una semanas del asesinato de Minerva Pérez Castro, dirigente de la Cámara Pesquera de Ensenada, Baja California, quien reclamó públicamente a las autoridades apoyo para combatir las extorsiones del crimen organizado, otro dirigente empresarial fue asesinado por el mismo motivo.
Julio César Almanza Armas, de la Fencanaco de Matamoros fue cobardemente asesinado. Las palabras que sellaron su destino las dijo en una entrevista 24 horas antes de su crimen: “Los empresarios somos rehenes de las bandas delincuenciales y el cobro de piso se ha convertido prácticamente en un deporte nacional”.
Las tiendas y gasolineras reabrieron, pero queda el registro de una muestra más del inmenso poder de la delincuencia organizada. Poder que trascenderá un sexenio más.
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CONTRASEÑA: “Octavio (Romero) ha hecho un trabajo excepcional en Pemex”, dijo la presidenta electa el jueves, al presentar una nueva parte de su gabinete. Quizá Claudia Sheinbaum no está considerando al tabasqueño para seguir al frente de la paraestatal, pero los elogios dan luz de que podrían arroparlo en otro lado.
POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ
COLABORADOR
@CARLOSZUP
MAAZ