Como presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados durante la LXIV y LXV Legislaturas, hago un reconocimiento a las diputadas y diputados de los distintos grupos parlamentarios que integraron este órgano colegiado, donde prevaleció la pluralidad, el respeto al disenso y la construcción de consensos; todos trabajamos unidos en torno a un interés común: México; coadyuvando con el Poder Ejecutivo, en pos de la seguridad y soberanía energética, durante uno de los momentos más difíciles de la humanidad; nos referimos a la pandemia del COVID-19 que provocó la peor crisis energética de la historia.
Los retos y desafíos continúan. Estados Unidos, para asegurar su seguridad y soberanía energética, gracias a la revolución tecnológica del Shale Oil, se ha convertido en el principal productor de hidrocarburos con 13 millones de barriles diarios promedio; en la actualidad, México importa de este país sobre el 90% del gas que consume. El riesgo es que nuestro vecino del norte construye infraestructura de licuefacción para venderlo a gran escala en mercados lejanos; esto sin duda, en un mediano y largo plazo modificarán los precios hacia el alza, lo cual incidirá en los costos de producción de electricidad en México.
Para ganar tiempo y construir la infraestructura para enfrentar este desafío, la Comisión de Energía ha dejado una iniciativa para ampliar la capacidad de generación distribuida; y exhortamos a los legisladores electos, a tomar nota de como Estados Unidos se convirtió en una potencia energética gracias a la colaboración bipartidista en su Congreso, haciendo a un lado sus diferencias para aprobar la Energy Independence and Security Act of 2007; que consiste principalmente en disposiciones diseñadas para aumentar la eficiencia energética y las energías renovables; pero, también es un ejemplo de cómo nuestro principal socio comercial tiene un doble discurso, hacia afuera propalan la adopción del libre mercado, pero hacia adentro protegen su sector energético como una cuestión de seguridad nacional y soberanía energética.
Por último, dejo un mensaje a nuestros próximos legisladores de dos mexicanos distinguidos que han dedicado su vida al sector energético: Raúl Talán Ramírez, titular del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), quien plantea que en el trabajo legislativo la colaboración y el trabajo coordinado son claves, lo cual obliga a las partes ha establecer acuerdos ante las necesidades e intereses superiores del pueblo mexicano, que tienen que ser atendidas, como el derecho al acceso a la energía a precios asequibles, tanto para las personas físicas y morales; y Ricardo Mota Palomino, director general del Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), quien señala que en el umbral de una nueva etapa de la administración federal y una nueva Legislatura, otra vez “nos encontramos en el dilema sobre si el suministro y acceso a la energía eléctrica es un producto comercial o es un servicio público, al cual toda la población debe tener acceso a precios y condiciones razonables”.
POR MANUEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
DIPUTADO FEDERAL
PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ENERGÍA
DE LA LXV LEGISLATURA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN
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