DESDE AFUERA

Los demócratas, del velorio a la fiesta

Lo mejor de todo, la embriagante sensación de que tienen posibilidades de ganar, cuando hace seis semanas estaban listos para asistir a un velorio

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Nancy Pelosi, presidente emérita de la Cámara baja del congreso estadounidense y artífice, dicen algunos, de convencer al presidente Joe Biden de retirar su candidatura a la reelección, definió el momento como “una exuberancia maravillosa”.

También podría haberla definido como irracional.

La Convención Nacional Demócrata terminó el jueves en Chicago con la proclamación de la vicepresidenta Kamala Harris como candidata presidencial y la visión de país patriótico y nacionalista pero inclusivo, racial y religiosamente diverso, en busca de justicia socioeconómica y de respaldo a la clase media.

Un país compuesto por personas orgullosas de ser estadounidenses, al margen de color y procedencia.

El hecho es que los demócratas parecen tener una prolongada luna de miel con su candidata, y que eso comienza a tener impacto entre independientes, a tener eco en las encuestas nacionales y de paso, dicen los expertos, a preocupar muy seriamente a los republicanos.

Tanto, que el propio candidato presidencial republicano ha sido citado ya con ambiguos comentarios sobre lo beneficioso que sería su gobierno para los derechos de la mujer, o de la necesidad de admitir más migrantes.

Para los demócratas, su convención, el discurso de aceptación de Kamala Harris, fue un intento interesante y tal vez exitoso de arrebatar el manto de patriotismo a los republicanos, que lo usan como excluyente.

Harris es la primera mujer de color que busca la presidencia estadounidense por un partido mayor y se define como hija de inmigrantes, clasemediera, exfiscal que promueve la inclusión y la diversidad. Y subrayado ante una convención donde miles de personas de razas diversas, religiones distintas y tonalidades de color disímbolas, corearon con gritos de "USA, USA”.

Y de ser una vicepresidenta que parecía un cero a la izquierda, sus aliados la presentan ahora casi una heroína singular, fuerte y compasiva, comprensiva y enérgica, feminista y segura de sí misma en un matrimonio donde comparte responsabilidades con su esposo y la exesposa, y de paso sin defectos conocidos.

Y por supuesto, un contraste absoluto con Trump, un empresario multimillonario al que se acusa de promover una visión machista del mundo y es el frente, al menos, de grupos religiosos y nacionalistas de extrema derecha.

Lo mejor de todo, la embriagante sensación de que tienen posibilidades de ganar, cuando hace seis semanas estaban listos para asistir a un velorio.

Harris es descrita como la fiscal que se enfrenta a un competidor felón. Y alguien que no ha tenido miedo en confrontar lo mismo a carteles del narcotráfico y contrabandistas de seres humanos que a empresas abusivas o excesivamente ambiciosas.

Su aparición el jueves en la arena United, de Chicago, fue necesariamente un momento de presentación, con muchas generalidades si se quiere, pero en un discurso bienvenido por su linealidad, su claridad y su relativa brevedad –apenas 40 minutos–, y un claro choque con los republicanos y su candidato.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS   

COLABORADOR    

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM              

@CARRENOJOSE1

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