Desde hace ya algunas décadas, la humanidad ha comenzado una nueva era en su historia, en sus formas de organización, en las maneras de entender su realidad y por supuesto, de transformarla. Nuevas tendencias caracterizan el desarrollo evolutivo de la economía, las ciencias y, por supuesto, las acciones de administración y de gobierno. Se vive en la era de la tecnología, en la de la revolución 5.0, pero aún faltan muchas cosas por ver: la computación cuántica, que en los últimos años ha dado pequeños —pero importantes— pasos de la mano de grandes empresas, promete revolucionar casi todo lo que la humanidad conoce hasta, el día de hoy.
¿Pero qué es la computación cuántica y por qué es tan importante su desarrollo y evidentemente la obtención o dominio de esta nueva forma de procesamiento de información para las superpotencias?
Las computadoras convencionales basan su funcionamiento al interior de un mundo binario compuesto por unos y ceros, cuyo almacenamiento de información se centra en una unidad mínima de medida de tipo informática, llamada BIT en cuyo interior millones de combinaciones pueden realizarse en cierto tiempo teniendo como límite la capacidad de memoria y variables que puedan resolver este tipo de dispositivos electrónicos.
En cambio, los ordenadores cuánticos serían como los cerebros electrónicos extraordinarios o superdotados capaces de realizar en unos segundos, tareas casi imposibles de imaginar para una computadora clásica o convencional.
Su funcionamiento se basa en partículas subatómicas más pequeñas que el mismo átomo, llamadas CUBITS, cuya velocidad de procesamiento puede ser infinitamente superior a la de un semiconductor convencional, ya que su razonamiento no tiene las limitantes del sistema binario, el espacio o el tiempo. Un CUBIT puede hacer millones de operaciones simultáneas a la vez, sin importar que tengan relación o no, además de poder inclusive, interrelacionarlas con otros CUBITS ubicados a millones de kilómetros de distancia, llevando a cabo de esta manera ejercicios predictivos, tendenciales o inclusive disociativos.
Al respecto muchos países y marcas han comunicado que están desarrollando diversas propuestas para tratar de comercializar este tipo de tecnología. Siendo por supuesto, la batalla entre China y Estados Unidos, la de mayor protagonismo, debido al liderazgo que le daría al ganador de esta pugna en la economía y el liderazgo mundial el triunfo en esta competencia.
La computación cuántica es una de las tendencias tecnológicas llamadas a transformar el mundo tal y como es ahora. Su potencial y aplicación supondrá una revolución nunca vista, en el procesamiento de información como las finanzas, la ciberseguridad, la logística, la criptografía o la inteligencia artificial, entre otros rubros, debido a que no sólo es la velocidad de procesamiento lo importante de esta tecnología, sino la cantidad de variables y por supuesto, la diversidad de escenarios que habrán de generarse, a partir de esta nueva era computacional.
Imaginar a una compañía cuya área estratégica centre la inversión de su capital en proyectos viables a mediano y largo plazo con bajo riesgo de pérdida financiera, no es una locura. Con el desarrollo e implementación de esta tecnología, la reducción de incertidumbre o imponderables es un objetivo alcanzable y atractivo para cualquier negociante visionario que desee incrementar sustancialmente su presencia en diversos rubros.
Otro sector que estaría en grave peligro podría ser el de la ciberseguridad, ya que la velocidad del cifrado con el que trabajarían esta clase de dispositivos haría prácticamente imposible la existencia de candados informáticos perdurables o impenetrables para cualquier agencia de seguridad o compañía informática.
De acuerdo con el informe Quantum Technology Monitor de junio de 2022, realizado por la firma de McKinsey & Company, la Unión Europea tiene la mayor concentración de talento relacionado con la cuántica y, junto a China, es la región que más fondos públicos invierte para su desarrollo e investigación. El dato significativo de este documento refiere que el mercado lo lidera Norteamérica, sede de 10 de los 12 principales fabricantes, donde el país de las barras y las estrellas acapara la mayor inversión económica (público/privada) en computación cuántica.
Con base en este documento, la proyección económica de la computación cuántica para 2035, se estima entre los 620 mil millones de dólares y los 1,27 billones de dólares, sólo para 4 industrias: química, finanzas, ciencias de la vida y automoción.
Pero para que esto sea una realidad, existen varios retos aún por superar. De acuerdo con la empresa IBM y la agencia de noticias RT, el sistema que alberga el estado cuántico es extraordinariamente sensible, cualquier vibración puede hacer que trabajen de mala forma los CUBITS, por ello, se requiere de un sistema de enfriamiento superior al que podría necesitar una supercomputadora. Estos requerimientos hacen de su diseño y fabricación un fenómeno extremadamente desafiante, aún para el desarrollo tecnológico con el que se cuenta en la actualidad.
Pese a todo ello, la carrera por la consolidación del desarrollo tecnológico de estabilidad cuántica es la base del iceberg más grande que podría significar un despertar hacia una nueva era de creación o destrucción de gran parte de la civilización humana y sus derivaciones. La lucha por la supremacía de esta nueva forma de operación computacional asemeja a los tiempos de la guerra fría, en donde dos países, nuevamente, se vuelven a encontrar en la pugna por el control de esta nueva plataforma de lanzamiento de descubrimientos tecnológicos generacionales; sólo que a diferencia del siglo XX, los alcances de estos nuevos descubrimientos, en este siglo, pudieran ser aniquilantes o regenerativos de acuerdo con los intereses que logren desarrollar este nuevo tipo de computación.
La nueva era de la ciencia y la tecnología ha llegado.
POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES
PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
EEZ