Se inunda Chalco, se tardan varios días en llegar y cuando llegan dicen que “van a hacer un censo” para “evaluar la magnitud de las afectaciones” y “tomar las acciones correspondientes”. Luego, es de suponerse, se van a echar unas carnitas a Texcoco, tranquilos porque los medios van a repetir lo del censo y de esa forma ya ganaron unos días de cierta tranquilidad.
Cuando la “población” empieza a quejarse porque no hay “acciones”, con el resultado de que los vecinos de la zona no solo se quedaron sin lavadora, no solo tienen la casa con agua hasta las rodillas, no solo tienen que agarrar una lancha para llegar a la chamba y no solo viven entre olores repugnantes porque las aguas, aparte de negras, son estancadas, sino que además empiezan a ver cómo pululan las enfermedades, por aquello de los mosquitos, pasan al Plan B: lo que dicen es que están haciendo “recorridos”.
No sé si lo han notado, pero en este país la policía, el ejército, los presidentes municipales y los gobernadores tienen entre sus tareas centrales la de “recorrer”. Se recorre mucho en México, sí. Con eso, ganan otro par de días, que pueden usar para una de las famosas tortas de Toluca, por ejemplo. Con mucha crema.
Cuando a los “pobladores”, que es lo que deberíamos llamar “vecinos” o “ciudadanos”, se les colma el plato y bloquean alguna avenida o carretera, se van a echar unas unas quesadillas a La Marquesa (chorizo verde, obvio), dejan que los ciudadanos que pasaban por ahí se cocinen a fuego lento durante tres o cuatro horas dentro del coche detenido, le piden a Martínez que haga un comunicado en el que diga que la represión está descartada y mandan a unos policías con escudos pero sin armas a “encapsular” a los manifestantes. En México, otra tarea cotidiana de la policía es “encapsular”.
Si se arma una madriza con los referidos pobladores, mandan a Pérez a abrir una “mesa de diálogo” en la que se va a comprometer a dar solución a las “demandas” de los mismos. Ahí es cuando entra una cosa que se llama “camión Váctor”, o sea un camión con una manguerota destinado a “labores de desazolve”, como dice el comunicado de la dependencia a su cargo y como repiten, otra vez, los medios.
En México, que es único, resolvemos muchas cosas “desazolvando”. Si las protestas, como el brote de dengue, no ceden, pasan al Plan C: le piden al presidente que garantice en la mañanera que ya se están tomando medidas. A propósito, los presidentes también hacen recorridos.
El chiste es hacer lo que el gobierno de la Ciudad de México con la sequía: esperar a que la naturaleza haga su trabajo. Poner agua, en el caso chilango, y quitarla, en el de Chalco.
Si los “pobladores” los hicieron encabronar con tanta protesta, siempre pueden pedirle al presidente, como venganza, que mande a Gatell a encargarse de lo del dengue.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09
MAAZ