En un mundo cada vez más consciente de la necesidad de inclusión y accesibilidad, los animales de asistencia surgen como aliados invaluables en la vida de miles de personas. Estos seres desempeñan un rol crucial en mejorar la calidad de vida y promover la independencia de quienes enfrentan limitaciones físicas, sensoriales, cognitivas o emocionales.
Hace unos días, el Congreso de la Ciudad de México aprobó el dictamen de una iniciativa que presenté, con el objetivo de reformar la Ley de Protección a los Animales de nuestra capital. Esta reforma busca actualizar las definiciones de animales de asistencia en sus diferentes dimensiones y robustecer las funciones de la Agencia de Atención Animal, un paso fundamental hacia el reconocimiento y la protección de estos aliados excepcionales.
Los animales de asistencia no solo son compañeros fieles; son verdaderos héroes cotidianos. Perros que son adiestrados para asistir a personas con discapacidad, para alertar sobre la presencia de sustancias peligrosas, o incluso para ofrecer apoyo emocional en momentos de crisis, se convierten en extensiones del ser humano.
Su labor va más allá de lo físico, tocando fibras profundas en el alma de quienes los necesitan. El simple hecho de tener a su lado a un animal de apoyo emocional puede transformar por completo el día de una persona que lucha contra un trastorno mental o emocional.
En este sentido, la reforma que promovimos es un reflejo del compromiso que tenemos con el bienestar no solo de los seres humanos, sino también de aquellos animales que, con su entrega incondicional, se dedican a asistir y proteger a los más vulnerables. La creación de un padrón que registre las instituciones y centros de adiestramiento de estos animales en nuestra ciudad es un paso crucial para garantizar que tanto los animales como las personas que dependen de ellos reciban el trato y la atención que merecen.
Estos animales, entrenados con dedicación y esmero, no solo ejecutan tareas; construyen puentes hacia la autonomía, brindan seguridad, y, en muchos casos, devuelven la esperanza a quienes creían haberla perdido. Es nuestra responsabilidad como sociedad reconocer y valorar su contribución con acciones concretas que protejan sus derechos y los de las personas que los necesitan.
En un mundo ideal, la inclusión y la accesibilidad no serían derechos a defender, serian realidades garantizadas. Mientras llegamos a ese punto, los animales de asistencia seguirán siendo pilares fundamentales en esa lucha, y nuestra tarea es asegurarnos de que reciban el respeto y el reconocimiento que merecen. La aprobación de este dictamen es solo el primer paso de un camino que debemos continuar recorriendo, siempre con la convicción de que una sociedad justa es aquella que no deja a nadie atrás.
POR TANIA LARIOS
SECRETARIA GENERAL DEL PRI CDMX Y DIPUTADA EN LA II LEGISLATURA DEL CONGRESO DE LA CIUDAD DE MÉXICO
@TANIALARIOSMX
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