COLUMNA INVITADA

La CFE y la Seguridad Energética en México

El nombramiento de Emilia Esther Calleja Alor al frente de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) parece un gran acierto

OPINIÓN

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Créditos: Especial

El nombramiento de Emilia Esther Calleja Alor al frente de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) parece un gran acierto. Por primera vez, la CFE será encabezada por una mujer, y por una con una preparación ejemplar. La CFE es una de las instituciones más grandes y complejas del país, con más de 93 mil trabajadores que se encargan del 54% de la generación de electricidad en México. No existe institución académica o política que pueda dar un entendimiento a cabalidad de la complejidad de la Comisión. Y por primera vez con Calleja Alor, la CFE será dirigida por una mujer que tiene 21 años de experiencia trabajando ahí, que conoce toda la jerarquía de la institución.

La experiencia de la futura Directora General se anticipa necesaria ante los distintos retos que enfrenta la Comisión. Uno de ellos es diversificar nuestra matriz de generación y con ello fortalecer la resiliencia de nuestro sector energético. La resiliencia es un componente vital si el gobierno de Claudia Sheinbaum quiere consolidar la seguridad energética de nuestro país. La resiliencia energética es la capacidad de adaptarse a disrupciones en los sistemas energéticos e implica reducir la dependencia de los hidrocarburos.

Aunque los combustibles fósiles pueden reforzar la resiliencia al cubrir la limitada capacidad de almacenamiento y la generación intermitente de fuentes renovables, es esencial una política de diversificación. Esta debe equilibrar la seguridad energética, que prioriza el suministro y los costos, con la resiliencia, que se centra en la viabilidad de la infraestructura y el acceso a nivel interno.

La integración de la red mexicana de suministro de gas con Texas expone el abastecimiento a riesgos externos, como desastres climáticos que podrían interrumpir la distribución. En 2021, por ejemplo, una tormenta invernal en Texas interrumpió el abasto de gas a México dejando sin servicio eléctrico a más de seis millones de usuarios. También existen riesgos políticos, como posibles restricciones a las importaciones de energía por parte del gobierno norteamericano.

Estos riesgos amenazan la generación de electricidad en México. La sustentabilidad de nuestro sector energético está intrínsicamente ligado a la descarbonización, una medida ineludible para hacerle frente a la crisis climática. Y en este ámbito la CFE cuenta con una gran ventana de oportunidad: varios sectores están aumentando su uso de la energía eléctrica, lo que permitiría a esta paraestatal ser la vanguardia en una estrategia de transición energética impulsada por el sector público.

Transitar a renovables y descarbonizar son medidas imperativas que dotarán a la soberanía energética nacional con mayor resiliencia, adaptándola a amenazas, dotando al país de mayor autonomía, garantizando el acceso y afianzando su sustentabilidad para generaciones futuras.

La CFE tiene todo el potencial en definir como el Estado mexicano construirá dicho proceso. La mayoría de MORENA en el congreso dejará los cimientos jurídicos para este modelo, y el equipo de Claudia Sheinbaum se ha pronunciado por un papel privado de 44% en el sector eléctrico con la CFE manteniendo un papel preponderante del 56% restante.

El reto de la seguridad energética es enorme y ameritará escribir más columnas sobre el tema, pero el perfil técnico y experimentado de Calleja Alor parece un muy buen punto de partida. 

Por: Samuel León Sáez

@SLeon_S_