COLUMNA INVITADA

¿Así o más claro?

Las curules de representación proporcional lo que buscan es que el voto de las minorías tenga espacio en las Cámaras, no lo contrario

OPINIÓN

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Gabriel Mendoza Elvira / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México

La semana pasada la Sala Superior realizó el cómputo final, emitió el dictamen de validez y entregó la constancia de Presidenta Electa a Claudia Sheinbaum Pardo, quien resultó ganadora de los comicios del 2 de junio con un alto porcentaje de votos.

Para ello, además de resolver más de 240 juicios, llevó el análisis de los elementos que conforman lo que denominamos integridad electoral y permiten afirmar que una elección fue válida.

Si bien no existieron elementos suficientes para determinar la nulidad de la elección, lo cierto es que el proceso electoral estuvo manchado por una serie de irregularidades que no debieron ocurrir, como son, entre otros, el inicio proselitista anticipado por parte de los actores políticos, la simulación de procesos de elección de candidaturas y, lo más grave, la intervención permanente del Presidente de la República en la contienda electoral.

Cierto, no son irregularidades que sean determinantes para invalidar el proceso electoral, pero no por ello debemos dejarlo pasar. Hay que abrevar aprendizaje y analizar si verdaderamente el modelo electoral que tenemos es el idóneo o bien debe modificarse.

Con lo que han denominado el segundo piso de la transformación vendrán reformas estructurales que van a modificar no solo nuestro modelo electoral, sino el de país. Años turbulentos por venir.

Sin embargo, el proceso no ha terminado. Viene quizá la parte más importante: la asignación de diputaciones y senadurías de representación proporcional. Mucho se ha discutido el tema en las últimas semanas, porque, según proyecciones, el partido mayoritario y sus aliados pueden alcanzar cerca de un 20% de sobrerrepresentación.

Ello responde al modelo de coaliciones que está permitiendo burlar la Constitución. Dicho sea de paso, ese modelo se reformó con el principal objetivo de evitar la transferencia o regalo de votos entre partidos. La pregunta es sencilla: ¿Debe la interpretación de las autoridades permitir transferencia de votos o diputaciones?

El tema es por demás delicado. Implica que Morena y sus aliados tengan el poder de reformar la Constitución sin necesidad de negociar con la oposición. En lo personal me parece que esa no fue la voluntad ciudadana. Las curules de representación proporcional lo que buscan es que el voto de las minorías tenga espacio en las Cámaras, no lo contrario.

La importancia del asunto ya está en la mesa. Hoy se procesa, más no se discute, la reforma judicial. Una reforma que modifica diametralmente el modelo que tenemos y que atenta contra uno de los pocos contrapesos que quedan para evitar un gobierno autocrático. La independencia y autonomía del Poder Judicial es incómoda para la autodenominada cuarta transformación.

Para ejemplo un botón, en su buena costumbre de marcar agenda, Sheinbaum, afirmó que la ciudadanía votó por otro modelo de Justicia y que para ello es importante (yo diría indispensable), señaló, que sus integrantes sepan respetar la voluntad del pueblo y las leyes electorales como siempre las han aplicado. En otras palabras, aprovechó su obligada visita a la sede de la Sala Superior para señalarles amablemente cómo quiere que resuelvan, porque necesita la sobrerrepresentación. ¿Así o más claro?

POR GABRIEL MENDOZA ELVIRA
ABOGADO CONSULTOR 
@GMENDOZAELVIRA 

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