Cinco medallas. Cosecha raquítica de preseas en los Juegos Olímpicos para los atletas mexicanos. Una sola mejor que en Tokio 2020, y por tercera justa consecutiva, no se consiguió ninguna de oro.
La última fue producto de una actuación heroica del futbol, un deporte que si bien está politizado es prácticamente impulsado por la
iniciativa privada, en 90 por ciento de los casos.
Si apelamos a los supuestos y no hubiera estado Osmar Olvera, quien obtuvo dos metales en clavados, la participación habría sido peor que hace tres años en aquellos peculiares días de la capital nipona, aún en tiempos de pandemia.
Esta entrega no pretende en ningún caso demeritar a los atletas, sino cuestionar a la sociedad, quien tiende a romantizar cualquier logro, y se ha convertido en cómplice del poco, por no decir nulo, avance del deporte mexicano en ningún sentido.
Aplaudo y es motivo de orgullo siempre ser de los mejores del mundo en algo, muchos de nosotros ya quisiéramos llegar a esos niveles; sin embargo, yo ya me estoy hartando de que después de algún fracaso de cualquier deportista salgan a la luz pública los mismos argumentos desde que estoy vivo.
No sabes las adversidades a las que estos muchachos se tienen que someter día a día, sin apoyo y hasta dónde han llegado, ya quisieras ser de lo mejor en algo, como ellos.
Eternas reclamaciones a los políticos. Que si Ana Guevara ha sido el peor cáncer que le ha ocurrido al deporte mexicano, o que las autoridades que asistieron al magno evento no se tienen que colgar de los pocos logros de los medallistas, sólo por citar algunas.
La misma historia plasmada en cada ciclo olímpico y ¿cuáles creen que son los dividendos? Exactamente los mismos.
El mal endémico de Latinoamérica parece hacerse presente más que nunca. Culpamos al político (aunque nosotros mismos somos quien lo elige). Reprocho a entrenadores, al sistema deportivo, a la eterna división que existe entre la CONADE y demás organismos. Fórmula idéntica, dividendos igualmente, idénticos.
Está en cada uno de nosotros cambiar la verborrea barata por exigencias. Dejar de romantizar los cuartos lugares, o incluso, hasta los números 20 o 30, sólo porque como no tienen apoyo ya no pasa nada y que sigan quedando ahí, que las universidades tengan una detección de talentos tan eficientes como en países de primer mundo para canalizar a los deportistas al extranjero si es
necesario, pero lo más importante, crearlos aquí.
Que si el gobierno va a apoyar vigilemos como ciudadanos las competencias de nuestros deportistas y estemos pendientes de que los apoyos se den. Que si los gobernantes no hacen su trabajo tengamos la oportunidad democrática de cambiarlos. Ya estuvo bueno de conformarnos con migajas olímpicas… aunque les duela.
POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA
EEZ