La detención de Ismael “El Mayo” Zambada ya está generando un impacto entre la clase política. En una carta publicada vía sus abogados, el capo afirma que su captura estuvo ligada a un encuentro que iba a sostener con el gobernador sinaloense, Rubén Rocha y el ultimado exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y diputado federal electo, Héctor Melesio Cuén.
El Mayo argumenta que asistía a esta reunión para ayudar a resolver diferencias sobre quien encabezaría la UAS. Dicha reunión, terminó en su captura. Lo que esta carta revela resulta de gran valor para los que estudiamos problemáticas criminales, ya que es un testimonio de un protagonista delictivo de primer orden sobre un fenómeno que ha perpetuado la violencia y el poderío ilícito en México: la cooptación criminal.
De acuerdo a la literatura académica, esta cooptación se da cuando actores legales (públicos y privados) establecen acuerdos con agentes criminales. Este fenómeno es clave para que las redes criminales y los mercados negros que las sostienen -y por los que compiten desplegando violencia homicida- prosperen y se expandan. La cooptación puede comprometer a instituciones, una problemática que lleva reportándose desde hace años y cuya faceta más grave se manifiesta en ámbitos locales.
La organización de investigación Crisis Group afirmó en su último reporte sobre México que, después de años de realizar entrevistas a liderazgos criminales, un común denominador es la importancia de la cooptación de actores e instituciones estatales para superar a competidores, ya que permite obtener impunidad, acceder a ingresos o utilizar las fuerzas del Estado a su favor. La carta expone, además, que Zambada fue acompañado a esta reunión por un comandante de la Policía Judicial de Sinaloa.
Aunque la veracidad de esta declaración se pondrá en duda no es para echarse en saco roto, ya que El Mayo es uno de los principales liderazgos delincuenciales en un país que se encuentra rebasado por la cooptación criminal y donde las pruebas tangibles de este fenómeno brillan por su ausencia.
De ser cierto, Zambada en un día cualquiera cruzó Culiacán de punta a punta (donde se encuentran 3 mil militares realizando un operativo) acompañado por un agente de seguridad estatal de alto rango para reunirse con el gobernador de Sinaloa y con un actor político relevante.
Por más que la reunión terminó por ser una trampa, uno de los líderes más poderosos y experimentados del submundo criminal en México percibió este hipotético encuentro con tal naturalidad que se trasladó sin dudar, apuntando a lo rutinarios que se han vuelto estos pactos entre actores estatales y agentes criminales. Y esto lleva a la pregunta: ¿Y para cuándo la cooptación? Si el siguiente gobierno quiere dar resultados en materia de seguridad, la cooptación criminal no puede ignorarse.
Es necesario llevarla a la luz, aunque implique costos políticos, clarificar su escala y debatir soluciones (que podrían incluir desde indultos hasta medidas como el Maxi Proceso italiano, que en los ochenta llevó a la justicia a cientos de personas vinculadas con la mafia simultáneamente).
La carta del Mayo es una ventana a la cooptación criminal que le ha costado la vida a más de 400 mil personas en México. Seguir ignorándola llevará a continuar perpetuando esta tragedia.
Por: Samuel León Sáez
@SLeon_S_
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