OMNIA

Drogas: el trasiego seguirá

La demanda de fentanilo y otros estupefacientes está intacta y, téngase por seguro, será satisfecha por organizaciones criminales

OPINIÓN

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Eduardo R. Huchim / Omnia / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La captura de Ismael El Mayo Zambada García, cofundador del Cártel de Sinaloa, ha concentrado la atención pública en México y ha tenido gran impacto mediático, político y policial, pero su importancia en la lucha contra el trasiego y consumo de drogas es muy relativa, aun cuando se trata de uno de los capos más buscados en el mundo.

Es sabido que el Cártel de Sinaloa es un imperio delictivo cuyo contrabando de drogas continuará, pese al descabezamiento que implica la detención de Zambada. Esto porque la demanda de fentanilo y otros estupefacientes está intacta y, téngase por seguro, será satisfecha por organizaciones criminales que han desarrollado efectivos canales internacionales de distribución.

Algunos nos preguntamos cuándo se entenderá el fracaso del prohibicionismo y de la necesidad de enfrentar el trasiego y demanda de estupefacientes como un problema de salud y no de policías. Es un problema que, como he sostenido en otras ocasiones, se salió de control hace ya demasiados años y su solución no es la guerra a sangre y fuego que durante los dos sexenios anteriores probó en México su fracaso.

El antídoto fallido al problema de las drogas, la prohibición, ahí sigue, alimentada y exigida por un gobierno, el de Estados Unidos, que incurre en el absurdo de exigir freno al contrabando de drogas que llegan a su territorio desde el sur, pero él mismo lo nutre al no poner coto al contrabando de armas.

La historia de la aprehensión de Zambada y los hechos que la rodearon, de la cual hasta ahora sólo se conoce una parte, admite una variedad de lecturas, incluso contrapuestas. Por ejemplo: ¿debe considerarse el encarcelamiento de El Mayo Zambada un éxito de la política prohibicionista y persecutoria de EU? Muchos piensan que sí, pero la cruda realidad es que -según la versión más creíble hasta ahora- la aprehensión fue consecuencia de un acto de traición de otro capo, uno de los hijos del Joaquín El Chapo Guzmán, Joaquín Guzmán López, quien entregó a Zambada a EU.

Dicho de otro modo, la detención no fue producto de una investigación de las fuerzas policiales de Estados Unidos, sino de la conjura fraguada por uno de los Chapitos que, para agregarle un gramo más de felonía, es ahijado de El Mayo. Llama la atención que un avezado delincuente como Zambada, habituado a la desconfianza y al arte de evadir a los perseguidores del narco, haya caído tan cándidamente en la trampa del Chapito. ¿Hay algo que lo explica y aún se desconoce? Comoquiera, lo cierto es que las traiciones no son extrañas en el mundo del narcotráfico, incluido el Cártel de Sinaloa.

Otro ángulo de análisis es la ineficacia del aparato de inteligencia mexicano, que no sólo desconoció la acción contra El Mayo, sino ni siquiera ha podido indagar qué pasó realmente con el rocambolesco episodio, en el que muy probablemente participaron policías estadounidenses, sin autorización ni conocimiento del gobierno mexicano.

PLUS ONLINE: “LOS REEMPLAZOS YA ANDAN POR AHÍ”

Ahora bien, ¿qué pasará con el trasiego de drogas hacia Estados Unidos, después de la aprehensión de El Mayo? ¿Está descabezado el Cártel de Sinaloa, ese imperio delictivo con ramificaciones a muchas partes del mundo? Una respuesta la dio en 2010 el propio Zambada, al fundador de Proceso, Julio Scherer García, cuando puso el ejemplo de que incluso si a él lo capturaran o asesinaran, las cosas seguirían igual.

“En cuanto a los capos encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”, comentó el capo en la histórica entrevista con Scherer.

Al postular la necesidad de regular producción, transporte y consumo de los estupefacientes, en vez de prohibirlos, algunos hemos sostenido -en coincidencia con Zambada- justamente eso: la captura de los grandes capos, pese a su estridencia, por lo general no incide en la reducción del narcotráfico. México y otros países son ejemplo de esa realidad.

Respecto del Cártel de Sinaloa, el probable nuevo líder ya está siendo mencionado en los medios: Ismael Zambada Sicairos, El Mayito flaco, hijo de Zambada García. Ha de tenerse presente que, sin embargo, el poderoso cártel funciona con al menos cuatro facciones que se dividen las operaciones y el mercado. Una de esas facciones es dirigida por Iván Archibaldo Guzmán Salazar, cuyo medio hermano, Joaquín Guzmán López, fue detenido en EU, junto con El Mayo.

De acuerdo con la DEA estadounidense, la estructura fraccionada de la organización otorga a los jefes de los cuatro grupos la capacidad de compartir rutas de contrabando, contactos, acceso a proveedores de sustancias químicas ilícitas y redes de lavado de dinero. Eso sí, lo que no comparten son las ganancias.

POR EDUARDO R. HUCHIM

COLABORADOR

@EDUARDORHUCHIM

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