PASIÓN POR CORRER

Proezas irrepetibles

Hace unos años visité Praga y pude darme cuenta de que en su país es un héroe, dado el número de biografías que vi expuestas en librerías y en el aeropuerto. Después de su hazaña, la vida tampoco le fue fácil, pero hablaremos de ello en otra ocasión

OPINIÓN

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Rossana Ayala / Pasión por Correr / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Si repasamos a lo largo y a lo ancho la historia de los maratones olímpicos, analizamos la filosofía de vida de aquellos deportistas, héroes sin fortuna, que además llegaron a la cúspide después de sufrir un sinfín de dramas y tragedias, encontramos que muchos de ellos se han convertido en mitos, han dejado huella en el desarrollo de esta disciplina y en su momento sorprendieron al mundo con sus proezas.

Tal vez Emil Zátopek y Abebe Bikila sean los dos nombres más recordados de la historia de las maratones olímpicas. Difícilmente se volverá a repetir la proeza de Zátopek: Ganar los 5000 metros, los 10000 y el maratón en unos mismos juegos ni aún con los adelantos tecnológicos en el atletismo actual. Él lo consiguió en Helsinki en 1952, en los juegos de la decimoquinta olimpiada de la era moderna.

Conocido como “la locomotora humana”, este militar checoslovaco ya había ganado el oro en los 10000 metros de los Juegos Olímpicos de Londres de 1948 y la plata en los 5000. Entre 1949 y 1954, Zátopek batió 18 récords del mundo, desde los 5000 metros hasta los 30 kilómetros, así como el récord de la hora y la marca olímpica de maratón.

También Zátopek fue el creador del entrenamiento con cambios de ritmo. Aún así, los expertos no consideraban que pudiera ganar el maratón. Quizás su rostro de sufrimiento cuando ganó las medallas de los 5000 metros y los 10000 hacía pensar que había llegado al límite de sus fuerzas, pero lo cierto es que correr con aquella expresión en el rostro era lo normal en él.

Zátopek se colocó en la línea de salida del maratón con la idea de ganar y hacer historia. Entre el público estaba su esposa, Dana Zátopková quien ya había ganado un oro en la prueba de lanzamiento de jabalina tres días antes, el mismo día en que su esposo triunfó en los 5000 metros. Un dato curioso, Emil y Dana nacieron el mismo día, el 19 de septiembre de 1922.

Tomando en cuenta que era la primera vez que Zátopek corría un maratón, dejó que los favoritos tomaran la delantera, para después en el kilómetro 20, acelerar y tomar la primera posición. A pesar de que en el kilómetro 32 se desvaneció, pudo recuperarse rápidamente y entró triunfante al estadio olímpico.

La ovación del público fue apoteósica. Ganar tres medallas de oro en solo una semana era un hecho tan excepcional, que a la fecha no se ha vuelto a repetir. Emil batió también el récord olímpico de maratón, con una marca de 2:23:03. Zátopek se convirtió en un mito del atletismo y lo continúa siendo después de su muerte, el 22 de noviembre de 2000. Hace unos años visité Praga y pude darme cuenta de que en su país es un héroe, dado el número de biografías que vi expuestas en librerías y en el aeropuerto. Después de su hazaña, la vida tampoco le fue fácil, pero hablaremos de ello en otra ocasión.

POR ROSSANA AYALA

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@AYALAROSSI

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