Todo listo para la 24 Asamblea Nacional del PRI mañana y en los días previos, el líder nacional de ese partido, Alejandro Moreno Cárdenas, tomó protesta a los integrantes de la Comisión Nacional de Dictamen, que es la encargada de ponderar las propuestas que se reciban de cara a dicho encuentro; se ha reunido con legisladores y alcaldes que resultaron ganadores en las elecciones del pasado 2 de junio y organizó un foro en el Revolucionario Institucional para analizar la controvertida reforma al Poder Judicial.
Ya en la Asamblea tricolor, el objetivo, como lo ha planteado Moreno Cárdenas, es dar un cambio con rumbo para que esté en sincronía con la nueva realidad de México. Incluso, ha manejado la posibilidad de que el PRI cambie de nombre.
Después de la derrota que sufrió la oposición el pasado 2 de junio, no es nada recomendable seguirse lamentando o enfrascarse en pleitos innecesarios. Es imperante que prevalezca la reflexión y la autocrítica, así como la defensa de los 6 millones 500 mil votos que obtuvo el Revolucionario Institucional en los pasados comicios.
Sin embargo, en todos los partidos, nunca faltan los oportunistas que están a la caza de ver quién les ofrece una mejor tajada y que se autoerigen como los “verdaderos demócratas” y ese es un problema.
El caso del PRI no es la excepción y durante su gestión, Alito Moreno ha tenido que enfrentar constantes ataques de estos grupos, el más reciente, el que conforman el exgobernador de Guerrero, Héctor Astudillo; la exdirigente del PRI, Dulce María Sauri, el exdiptuado Fernando Lerdo de Tejada; el exgobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza y el exdiputado local, José Encarnación Alfaro, entre otros.
En resumidas cuentas, estos distinguidos personajes quieren adueñarse del Comité Ejecutivo Nacional del PRI imponiendo una dirigencia interina de la que ellos formarían parte, claro.
Como en el caso del primer grupo de ahora expriístas que intentaron adueñarse del PRI, entre los que estaban, Miguel Angel Osorio Chong, Alfredo del Mazo, Eruviel Avila, Nuvia Mayorga, Alejandra del Moral, Alejandro Murat y Claudia Ruiz Massieu, se dejaron ver después de un lapso de silencio para prácticamente ponerse a las ordenes tanto de la saliente administración como de la entrante y volverse artífices en la construcción del llamado segundo piso de la 4T.
Todos estos destacados “ex” y aún priístas, de democráticos no tienen nada y sí, al contrario mucha “cola que les pisen”.
Incluso no se podría negar que este grupo de personas pudieran responder a otros intereses que no son precisamente, el que el PRI salga de la crisis en la que vive, sino hundir más al instituto político que Alejandro Moreno ha rescatado de lo que eran prácticamente sus cenizas.
POR ADRIANA MORENO CORDERO
COLABORADORA
EEZ