Se tiene la errónea creencia en México de que el desarrollo científico y tecnológico requiere dinero. El presupuesto en estas materias se enfoca en el número de becarios subvencionados y en los recursos asignados al sistema de investigadores. México juega a la víctima, y se arguye que no tenemos desarrollos potentes en tecnologías por falta de apoyo, a pesar de que el Conachyt reciba anualmente $33 mil millones de pesos.
Pero es mentira. Si desde México no ha surgido una empresa como Meta, Mercado Libre, Samsung, o Continental, con fuerte base tecnológica, y que registre miles de patentes y ponga en el mercado cientos de productos que avancen soluciones de vanguardia, no es porque falten becas o apoyos, sino porque no hemos sabido coordinar organizacionalmente la transición y potenciación de ninguna solución productiva en favor de los consumidores o de la industria. En pocas palabras: somos mediocres empresarialmente. Cada año nos enteramos cómo investigadores o estudiantes del Politécnico desarrollan una nueva fibra o un robot que hace maravillas, para luego ver cómo se diluye ese esfuerzo en la nada…
La realidad es que en México no se exigen resultados productivos de los apoyos otorgados a la ciencia. ¿Alguien ha visto, luego de décadas de existencia de becas y subsidios al Sistema Nacional de Investigadores, cuántes empresas se han hecho públicas en la Bolsa tras las soluciones creadas por esos becarios e investigadores?
Los resultados de todos estos apoyos han sido marginales. Por ello, es interesante que la presidenta electa Claudia Sheinbaum prepare una próxima Secretaría del tema, de la que Rosaura Ruiz será titular. Quizá cuatro prioridades mínimas para esta nueva secretaría deben ser: (1) Diseñar un marcador de resultados mínimo exigible para investigadores y becarios; (2) Establecer metas específicas de financiación a proyectos científicos subvencionados, para que se conviertan en productos mercadeables; (3) Solicitar el reembolso del dinero subvencionado en ciencia y tecnología que no se traduzca en producto real; y (4) Imponer consejos de administración con representación del sector empresarial en todos los emprendimientos que surjan de las subvenciones.
Si Rosaura no hace lo anterior nos llenaremos seis años más de inventos con nopales, amaranto y sargazo; o con robots experimentales que no se traducen en nada útil. Cuidado.
NAFIN
Ya delineó el secretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O las prioridades de Nacional Financiera, que encabeza Luis Antonio Ramírez Pineda, para el siguiente sexenio: (1) incubar y financiar proyectos emblemáticos de Claudia Sheinbaum; (2) financiar el nearshoring; (3) financiar infraestructura para el nearshoring; (4) impulsar a los intermediarios financieros no bancarios; y (5) financiar objetivos ambientales.
POR: CARLOS MOTA
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