El Abierto de Francia, mejor conocido como el Roland Garros, es uno de los torneos de tenis más importantes a nivel mundial, celebrado desde hace más de un siglo en París. La Federación Francesa de Tenis, organizadora de este torneo, ha encargado la elaboración del póster oficial del evento a diversos artistas contemporáneos durante los últimos 45 años, buscando capturar la esencia del torneo a través del arte.
Este año, el artista Paul Rousteau fue el encargado de realizar el cartel, presentando una cancha de tenis fundida con el Río Sena. Sin embargo, a diferencia de ediciones anteriores, el promocional de este año incorpora una particularidad adicional: Rousteau utilizó Inteligencia Artificial (IA) para su elaboración. El diagrama original del cartel fue generado íntegramente a través de Midjourney, un programa de IA que crea imágenes a partir de descripciones textuales.
Este acontecimiento sin duda es una muestra de los tiempos que corren, y del impacto que la Inteligencia Artificial está teniendo en todos los ámbitos de nuestras vidas: tecnología, economía, ciencia, salud, educación, y también en el arte. Según el último Índice de Inteligencia Artificial, elaborado por la Universidad de Stanford, en 2024 se invirtieron más de 1,340 millones de dólares destinados específicamente a la IA, solo en el área de contenido creativo, musical y de vídeo.
Esta realidad, nos obliga a detenernos y reflexionar sobre diversos impactos que está teniendo la IA en un campo como la cultura y el arte.
En primer lugar, ¿cuáles son las implicaciones éticas del uso de la IA en este sector? Las críticas y reclamos de especialistas sobre obras generadas o elaboradas con IA no se han hecho esperar. Existe un debate sobre la necesidad de distinguir entre lo creado por un humano y lo generado por esta tecnología.
Por otro lado, ¿qué implicaciones directas tendrá el uso de esta tecnología en las industrias creativas? Por ejemplo, el año pasado, la IA fue uno de los motivos que desencadenaron las huelgas que tuvieron lugar en Hollywood por parte de los trabajadores de la industria cinematográfica preocupados por el uso de esta tecnología en este sector.
Y, finalmente, ¿llegará un momento en que no podamos distinguir entre el arte que ha sido generado con IA y el que no? ¿hasta qué punto podemos decir que el arte generado con IA sigue siendo arte?
Sin duda, el desarrollo de esta tecnología y su eventual regulación irán marcando la pauta para responder estas y otras interrogantes que habrán de presentarse. No obstante, es innegable que los efectos de la IA ya están aquí y ya están presentes en múltiples ámbitos, el arte es solo uno de ellos. Como sociedad, nos toca estar a la altura de las circunstancias y procurar, en todo momento, hacer un uso ético y responsable de esta tecnología. Con ello, hagamos lo que nos corresponde.
POR MTRA. LAURA LIZETTE ENRÍQUEZ RODRÍGUEZ
COMISIONADA CIUDADANA DEL INFO CDMX
X: @LAURAENRIQUEZR
INSTAGRAM: @LAURA.ENRIQUEZR
EEZ