MALOS MODOS

Venezuela

Por sus antecedentes: ni es la primera vez que la tiranía chavista aplica un fraude electoral grotesco, ni es la primera vez que reprime sin pudores

OPINIÓN

·
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Era impensable que Maduro y su camarilla entregaran el poder por las buenas, con respeto a los procedimientos democráticos. Era impensable que lo hiciera, de entrada, por sus antecedentes: ni es la primera vez que la tiranía chavista aplica un fraude electoral de proporciones grotescas, ni es la primera vez que reprime sin pudores, salvajemente, las protestas que siguen al fraude. Pero también era impensable porque, en efecto, como se ha repetido en los últimos días, los populismos de izquierda no lo hacen nunca. Hay un caminito que sus líderes se saben de memoria y que siguen a rajatabla, porque lleva al éxito. 

Rápidamente: te adueñas del poder por la vía democrática; consigues una mayoría suficiente para cambiar la Constitución y establecer las bases legales para eternizarte en el poder; usas montañas de dinero público para comprar voluntades (ya saben: “Programas sociales”); corrompes al Ejército para garantizar su lealtad a tu causa y, al final, logras lo que querías: quedarte en el trono para siempre, luego de destruir la democracia desde la democracia y de pegarle adjetivos como “popular” o “participativa”. 

Cuando el país se va a la quiebra, o no se va a la quiebra pero ve cómo la totalidad de sus riquezas está en manos de la camarilla gobernante y sus aliados militares, mientras la pobreza golpea a la práctica totalidad de los ciudadanos de a pie, que deciden entonces cambiar de gobierno o de régimen, ya es demasiado tarde. Llegaron
para quedarse. 

¿Aislamiento internacional? Como hemos visto en el caso venezolano, el cubano y alguno más, es irrelevante. Siempre hay países cómplices que rescatan a los tiranos de los bloqueos, y en todo caso el que paga pato es, de nuevo, el ciudadano de a pie, mientras la camarilla disfruta de sus riquezas enclaustrada en el castillo. 

¿Que las protestas arrecian? Policía. ¿Que no ceden? Metes paramilitares-militares a matar a dos que tres y golpear despiadadamente a dos que tres centenas, ante la mirada cómplice de esa misma policía. ¿Que ni así? Queda el recurso del Ejército.

En Venezuela, desesperada, harta, enojada, la población ha decidido enfrentar con enorme valentía a la dictadura corrupta, sus socios cubanos y sus matones, uniformados o no. Tal vez, como llegó a pasar en algunos países de
la Europa socialista, el levantamiento popular logre que el régimen se fracture y, como aseguran algunos líderes de la oposición y algunos periodistas que pasa ahora mismo en Venezuela, al menos una parte del aparato represor, con el Ejército a la cabeza, decida ponerle un hasta aquí a la violencia contra los ciudadanos y obligar al tirano a respetar a las urnas. La verdad, es improbable. En todo caso, el precio por recuperar tus libertades es altísimo. Ojalá que no tengamos oportunidad de comprobarlo, pero cómo les explico...

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

PAL