Puros dimes y diretes. Así han discurrido los últimos años y las relaciones entre cada técnico que pisa la institución de la Universidad autónoma de Nuevo León y sus polémicos como herméticos dirigentes, que distan, bastante diría yo, del perfil Tigre que tanto demanda su fanaticada. Ojo. No digo que dicha característica sea la que gane campeonatos, aunque la mayoría de esa noble fanaticada lo crea, incluso por encima de la preparación.
Ellos prefieren tener a un “Chima” Ruiz que lleva como 42 mil años y 314 días sin sacar a jugadores importantes siendo el coordinador de fuerzas básicas sólo por lo que se entregaba en la cancha en sus tiempos mozos, o a un entrenador como Siboldi que no jugaba a nada y que les entregó un título circunstancial, que cada seis meses iba empeorando en términos
numéricos con la peor defensa de los últimos 15 años solo porque cuando descendieron se quedó en el equipo como jugador.
A ellos no les importa que cada que pierda ponga pretextos como que no hicieron pretemporada o que el Tigre está acostumbrado a sufrir. Argumentos deleznables que exhiben sólo falta de preparación y trabajo, o usted dígame cómo Paunovic hizo jugar a el peor plantel de Chivas en los últimos 10 años, cómo Anselmi hace volar a Cruz Azul o más increíble aún, el bicampeonato de Jardine con América sin necesitar tiempo de adaptación, y sin pretemporada en tres torneos seguidos.
Tigres ha crecido, pero mucha de su gente parece no hacerlo. Ella interpone el agradecimiento y el romanticismo de gente que le ha dado mucho al club pero que se ha venido quedando obsoleta a medida que el deporte se va actualizando en sus mecanismos y formas. No han comprendido que el equipo está para pelear cada torneo el campeonato simplemente por la grandeza a la que aspiran. No han comprendido que para conseguirla, la exigencia debe estar como en América, en donde las formas importan. En donde se sabe que para ganar campeonatos, hay que buscar siempre la excelencia en fase regular y que por ende, hay más posibilidad de hacer una mejor liguilla. La fanaticada tigre es tan buena como en algunos sectores, mediana. A ellos no les importa calificar en octavo o décimo mientras hagan una buena liguilla y sus elementos de jerarquía se pongan a jugar en los últimos seis partidos. A ellos si echan flojera los jugadores todo el año les es poco indiferente, porque hay que estar agradecidos.
Ello les ha dado campeonatos a cuentagotas en esta última década. Culebro y los suyos parecen saber poco de futbol, pero han traído a gente de élite al club como el preparador físico Ortega, del Atlético de Madrid o Paunovic que tiene licencia UEFA Pro y parece estar más apegado a una exigencia continua, cosa que hace mucho se perdió en una escuadra que pretende alcanzar el olimpo dentro de nuestro balompié. Afición.
Para que su equipo crezca, ustedes también están obligados a hacerlo. Cambien su mentalidad. Ya no son una escuadra pequeña.
POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA
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