COLUMNA INVITADA

Gabinete de crisis

La determinación de hacer pública la designación de Rogelio Ramírez de la O como secretario de Hacienda responde, sobre todo, a los apremiantes momentos de incertidumbre y nerviosismo en los mercados financieros

OPINIÓN

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Óscar Sánchez Márquez / Columna Invitada / Opinión.Créditos: El Heraldo de México

El cuidadoso perfil de hombres y mujeres, cuya identidad ha sido revelada hasta ahora como integrantes del gabinete presidencial para el periodo 2024-2030, el momento de su anuncio y el orden en que se ha hecho del dominio público, revelan a un equipo estratégicamente definido para enfrentar una situación de crisis.

La determinación de hacer pública, antes que algún otro nombramiento, la designación de Rogelio Ramírez de la O como secretario de Hacienda responde, sobre todo, a los apremiantes momentos de incertidumbre y nerviosismo en los mercados financieros y por parte de parte de los grandes inversores nacionales e internacionales.

Y es que Claudia Sheinbaum y su equipo enfrentan el desafío primordial de generar certidumbre para que el capital no huya del país. Paradójicamente, el triunfo arrollador de MORENA, avivó temores de que puedan tomarse decisiones contrarias a las reglas del juego de los mercados económicos y financieros.

Queda claro que el momentum no es político, sino económico-financiero, y ese hecho se sostiene con la decisión de dejar 

para una tercer o cuarta oportunidad la designación del secretario o secretaria de Gobernación, encargado de conducir la política interna y en gran medida alinear la gobernabilidad al plan sexenal y a las decisiones presidenciales.

Otros nombramientos del quehacer gubernamental en el orden interno quedaron para otro momento, porque lo prioritario hoy es lo económico y financiero, que, de acuerdo con el perfil de los hasta ahora nombrados, va de la mano con la priorización del desarrollo tecnológico, el reordenamiento urbano, la infraestructura carretera y de telecomunicaciones y todo lo que conlleva la innovación digital. Todo lo que implica la oportunidad de “crecimiento compartido”. 

Las doce designaciones de colaboradores que hasta la fecha ha realizado Claudia Sheinbaum, con una progresividad llena de simbolismos, afianza la percepción de que se actuará con una visión clave para tratar de remontar lo más pronto posible las situaciones que han provocado afectaciones graves en áreas estratégicas y ocasionado la pérdida de oportunidades únicas en lo interno pero sobre todo en lo externo.

La incorporación de Luz Elena González como secretaria de Energía conlleva un alto significado. No solo es una de las funcionarias de mayor cercanía y confianza de la próxima presidenta de México. 

González ocupó una cartera de alta relevancia en el gobierno de la Ciudad de México, la Secretaría de Administración y Finanzas, es decir el manejo estructural y presupuestal de la ciudad más grande del mundo, cargo desde el cual actuó con honestidad y transparencia, premisa fundamental para Sheinbaum.

Pero ahora el momento del país es otro y Luz Elena González llegará a la Secretaría de Energía con dos grandes desafíos: PEMEX y CFE. Tendrá una actuación determinante en su calidad de integrante del Consejo de Administración de ambas empresas y llega con todo el apoyo de la virtual presidenta electa.

Se requiere sacar de la compleja situación en la que se encuentran ambas Empresas Productivas del Estado que históricamente, y el sexenio que concluye no ha sido la excepción, han sangrado las finanzas nacionales.

En conjunto PEMEX y CFE registran adeudos que equivalen a 6.9 puntos del Producto Interno Bruto, es decir del total de lo que produce y genera el país, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad. La deuda Financiera de Petróleos Mexicanos estaría en el orden de 1.79 billones de pesos, es decir 5.6 puntos del PIB.

El caso de CFE no es mejor. Su deuda ronda los 411.9 mil millones de pesos, con datos al cierre del 2023, lo que equivalía al 1.3 puntos del Producto Interno Bruto. CFE Tiene un problema mayor:  una cuarta parte de su deuda, el 24.5 por ciento, tiene vencimiento a corto plazo.

Mantener la rectoría y soberanía sobre los hidrocarburos y la energía es sin duda la encomienda, pero hacer a ambas empresas financiera y operativamente sostenibles es el reto mayor. Sanear sus finanzas y hacerlas competitivas, más allá de sueños nacionalistas, será la prueba de la titular de Energía, en mancuerna con Ramírez de la O. 

Raquel Buenrostro tendrá encomiendas políticas específicas, pero en su campo la implementación de una mayor austeridad en la administración pública será el sello.

Sobre este tema, la virtual presidenta electa ya dijo que se reforzará la austeridad republicana, pero no como estilo de gobierno, sino como una necesidad apremiante porque en los últimos seis años se ha gastado más de lo que se podía disponer. 

Y existen compromisos de campaña que requerirán miles de millones en presupuesto extraordinario para los apoyos a las mujeres de 60 a 64 años, y las becas para todos los estudiantes de secundaria, no se diga para el pago de pensiones de retiro a salarios actuales. Miles de millones de pesos que deberán salir de la austeridad, recortes y recaudación fiscal.

Las principales calificadoras internacionales ubican la obligada reducción del déficit fiscal, la disminución de la inflación y la construcción de condiciones macroeconómicas viables, como los principales desafíos inmediatos de la nueva gestión presidencial. Así lo han planteado Standard and Poor´s, Fitch y Moody's

No en vano han advertido que al menos los dos primeros años del gobierno de Claudia Sheinbaum el crecimiento del Producto Interno Bruto será bajo, menor a los pronósticos oficiales, quizá el PIB llegue a 2 puntos, derivado de esos lastres que representan un alto déficit, elevado endeudamiento y excesivo gasto público.

Marcelo Ebrard cierra la pinza de este primer bloque de un gabinete de emergencia, Llegará a la Secretaría de Economía con una tarea inmediata: Sentarse de tú a tú con el gobierno de EU, que muy probablemente sea encabezado nuevamente por el republicano Donald Trump, para renegociar el Tratado México, Estados Unidos Canadá (TMEC). 

La fecha estipulada por los tres países para celebrar la primera gran revisión del TMEC es en el 2026, lo que está a la vuelta de la esquina.

El mayor riesgo por ahora es que Donald Trump, que lidera las encuestas de las elecciones presidenciales en EU a celebrarse en noviembre próximo, planeó la salida de EU de ese Tratado comercial, porque lo considera muy malo para su país. 

Sus herramientas de presión, empero, no son nada sencillas: medio ambiente, situación laboral, certidumbre y Estado de Derecho. En esas áreas presionará para imponer sus condiciones a México si quiere que siga el TMEC.

Y a eso llega Marcelo Ebrard, a sentarse con Trump, atemperarlo y buscar las mejores salidas para los tres países, pero en especial para México. 

Un gabinete de transición para la construcción del Segundo Piso de la Cuarta Transformación, reza el discurso político, pero en realidad será un gabinete de crisis, por las tormentas presentes y las que se visualizan en el corto y mediano plazos.

Por Óscar Sánchez Márquez

Especialista en comunicación política y periodista.

@delvalle1968

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