LA ENCERRONA

El extravío de Macron

Macron no lo logró, en gran medida porque pareciera que ha dejado de entender “el juego político” francés y su centrismo, ahora le deja fuera de la ecuación para el balotaje del próximo domingo y para el término de su mandato

OPINIÓN

·
Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

“Defiendo la soberanía de mi país y la identidad de mi pueblo.” Marine Le Pen

 

El avance de la derecha -en su versión más radicalizada- es una realidad alrededor del orbe. Los resultados en las elecciones europeas de principio del mes de junio y las anticipadas en Francia el último día de ese mes lo ratifican, pasando por lo que, hasta hoy, parece el inminente regreso de Trump. Basta revisar las curules ganadas en el Parlamento Europeo, donde el Partido Popular Europeo logró la mayoría con 189 bancas, 13 más que la elección anterior y, sobre todo, poner atención del origen de dichos sufragios europeos, Austria con el FPÖ, en Alemania con AfD o la Francia de Le Pen.

Esto no es casualidad y tampoco podemos caer en reduccionismos simplistas como que “la izquierda ha hecho todo mal y es, simplemente, un premio (y castigo implícito) a la derecha” o “todos son iguales, el cartesiano derecha-izquierda ya no existe”. El caso francés quizá sea el más esclarecedor. Emmanuel Macron salta a la escena política francesa debido a la ruptura de la derecha y la falta de acuerdos de la izquierda, Macron, un centrista que prometió a la República francesa terminar con políticas radicales, apoyar a las y los trabajadores, pero también proteger al empresariado prominente. 

Sin embargo, la crisis de “los chalecos amarillos” en 2018 nos mostró que su centro-izquierda no fue lo suficientemente equilibrados. Posteriormente, en 2023, el presidente francés aumentó la edad para la jubilación, dejando atrás cualquier atisbo de su relación con la gente, con la izquierda, con las y los trabajadores, sumado a su cada vez menor tecnocracia que lo encumbró. En cada uno de esos episodios cayó de pie, pero más débil, por lo que tuvo que nombrar a Gabriel Attal como primer ministro, para intentar gestionar su mala imagen, conservar unido a su partido, Renacimiento, e intentar detener a Le pen y su derecha, así como a la reciente coalición de izquierdas francesas.

Los resultados son claros, Macron no lo logró, en gran medida porque pareciera que ha dejado de entender “el juego político” francés y su centrismo, ahora le deja fuera de la ecuación para el balotaje del próximo domingo y para el término de su mandato. Quien sí ha entendido muy bien que la política es una carrera de resistencia es Marine Le Pen, líder de Rassemblement National (Reagrupación Nacional) y que comprendió que había que captar a los conservadores desencantados con la derecha tradicional, que había que sacar a su padre (parricidio político) y que imperativamente tenía que “desdemonizar” a la ultraderecha, desde el lenguaje y permitiendo(se) algunas licencias de orden ideológico.

Para Le Pen le resta esperar 4 días para saberse la gran ganadora de estas elecciones anticipadas por Macron (con otra falla de entendimiento), donde si la tendencia le sigue favoreciendo, podrá hacer elegir a Jordan Bardella como primer ministro y torpedear desde dentro lo que queda del mandato de Macron. Otra mala noticia para Emmanuel Macron es que la alianza de partidos de izquierda, el Nuevo Frente Popular también ha logrado buenos resultados en estas legislativas y lo confirmará el domingo. Así, Macron exhibió que las fórmulas y coyunturas no son suficientes en política. Por su parte, Le Pen, mostró que con paciencia, observando y cambiando las formas (sin tocar un ápice el fondo) puede mostrarse como “la defensora” del pueblo francés.

POR ADRIANA SARUR

COLABORADORA

ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM

EEZ