COLUMNA INVITADA

Más allá del podio: La política detrás de los Juegos Olímpicos

Decir que el deporte es ajeno a la política es algo que a muchos les gustaría creer

OPINIÓN

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Ignacio Anaya / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Decir que el deporte es ajeno a la política es algo que a muchos les gustaría creer, pero al final esto está lejos de la realidad, especialmente en los eventos deportivos de talla global como lo son las Olimpíadas. De hecho, los Juegos Olímpicos ofrecen una gran variedad de maneras en las quela política se manifiesta, desde cómo las políticas internas de un país afectan el desempeño de sus atletas hasta las rivalidades en el contexto internacional. 

El público mira a los atletas compitiendo en el nivel más alto de los deportes, sin embargo, rara vez nos se detienen a pensar en que también son competencias entre nacionalismos y discursos.

Cuando los estadounidenses se enteran de que su atleta puede ganarle la medalla de oro a uno chino, se encienden las pasiones sin importar que sea un deporte que nunca antes hayan visto. En 1962, un columnista del New York Times escribía lo siguiente: "Habrá setenta y una naciones en los Juegos Olímpicos de Helsinki. A Estados Unidos le gustaría vencer a todas ellas, pero la única que cuenta es la Rusia Soviética.

La máquina de propaganda comunista debe ser silenciada para que no pueda haber ni un solo balido distorsionado en relación con los Juegos Olímpicos." A partir de la Segunda Guerra Mundial y con el escenario internacional marcado por la Guerra Fría, las potencias mundiales se dieron cuenta de que las olimpiadas podían ser utilizadas para fines políticos e ideológicos.

Los Juegos Olímpicos permiten ver choques actuales en el panorama internacional. El partido entre Israel y Mali dentro de la disciplina del fútbol demostró que las tensiones seguirán bien presentes donde sea que participen los atletas israelíes.

Es muy probable que la bandera palestina aparezca en  muchas ocasiones. 

Rusia sigue fuera por el conflicto con Ucrania, aunque podrán participar deportistas rusos bajo la bandera de neutralidad. Por el momento, así se ven reflejados tales conflictos en las olimpiadas.

Francia, por su parte, es el anfitrión en medio de unas jornadas políticas que vieron al partido del presidente Emmanuel Macron perder el poder. Este evento global lo podrá utilizar para dar una buena imagen de su figura y de su administración, recordándole a la gente que es durante su presidencia que se organizaron las olimpiadas. En el 2008, China le demostró al mundo con una ceremonia de inauguración impresionante que sería una de las principales potencias globales del nuevo siglo. Claro que este evento también visualizar la problemas de un país y la corrupción que lo plaga. Tal vez Río de Janeiro en el 2016 sea el mejor ejemplo reciente. 

Los Juegos Olímpicos sirven a las naciones para dar su mejor imagen ante el público internacional. Hay prestigio en las medallas, y las percepciones suelen ser positivas hacia los países que ganan.

Es una muestra del potencial al que puede llegar una nación, no mediante la guerra, sino con el deporte.

POR IGNACIO ANAYA

COLABORADOR

@Ignaciominj

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