LA ENCERRONA

La democracia salva vidas

“Maduro tiene que aprender, cuando ganas, te quedas; cuando pierdes, te vas.” Lula da Silva

OPINIÓN

·
Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Cada vez que se habla de Venezuela, tanto en nuestro país como fuera de él, se piensa en un país empobrecido, con instituciones socavadas, con una población sin ganas de pelear por sus derechos, con una migración alta y sin democracia ni oposición a la dictadura del gobierno actual.

Según la ACNUR, hasta septiembre de 2023, había 7.7 millones de refugiados y migrantes venezolanos en el mundo; 1 millón de solicitantes de asilo y; 230 mil personas venezolanas reconocidas como refugiadas. Además de 9.5 millones de venezolanas y venezolanos que sufren inseguridad alimentaria, en 2017 los habitantes de este país sudamericano perdieron 11 kilos en promedio.

Lo anterior no solo es percepción, en Venezuela se instaló una realidad a partir de la llegada -vía democrática- de Hugo Chávez al palacio de Miraflores. Los votos para el comandante Chávez fueron los del enojo a causa de una gran desigualdad económica y social, sin embargo la implementación del “chavismo” ha resultado mucho peor, las desigualdades se agravaron, la corrupción gubernamental es de las más graves del mundo, su economía es paupérrima, la gente resignifica la marea roja e incluso el pueblo ha olvidado qué significa la democracia.

Posterior a Chávez “el guardián del chavismo” es Nicolás Maduro, quien en más de 11 años como mandatario, habla con pájaros, reprime periodistas, encarcela opositores, realiza elecciones sin la más mínima credibilidad, oprime a todo aquel quien piensa distinto y se dice listo para encarar unos nuevos comicios el próximo domingo 28 de julio.

Sin embargo, en esta ocasión puede (y debe) ser diferente, pues los ojos del mundo, no solo los estadounidenses ni europeos, sino también la observancia latinoamericana, de los mismos personajes que algún día compartieron luchas comunes, como Lula da Silva, Alberto Fernández o Gustavo Petro.

El domingo quizá sea la fecha en que la democracia vuelva a Venezuela, lo que sí ha vuelto es la esperanza. María Corina Machado -a quien también se le inhabilitó para contender y quien arrasó en las primarias de octubre- ha despertado la ilusión entre las multitudes venezolanas gracias a su maternal manera de ver a su país, una nación que lleva huérfana durante 25 años.

Aunque no pueda estar en la boleta del domingo, ella sembró la semilla y junto con Edmundo González Urrutia han regresado las intenciones de las y los venezolanos de asistir a las urnas, de levantar la voz y de derrotar al dictador Maduro. Venezuela merece tener esperanza y restablecer la democracia.

Las millones de personas que se han visto obligadas a migrar podrán regresar y reunirse con sus seres queridos, regresar el valor a su moneda y una vida digna para todas y todos. Lo que comenzó como un sueño se convirtió en una pesadilla de la que se despertará el domingo.

Las y los ciudadanos que residen en Venezuela (más de 17 millones) en posibilidad de votar deberán asistir a los más de 15 mil centros de votación y, sobre todo, estar atento al escrutinio y exigir que sea legal y transparente. Solo una gran participación ciudadana hará que el PSUV y Maduro reconozcan su derrota. Tenemos que recordar que la democracia sí puede salvar vidas.

POR ADRIANA SARUR 

COLABORADORA 

ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM 

MAAZ