Los Juegos Olímpicos (JJOO) han sido realizados cada cuatro años en diversas ciudades del mundo, excepto las ediciones de 1916, 1940 y 1944, debido al estallido de la Primera y Segunda Guerras Mundiales; así como la postergación de la de 2020 para 2021 debido a la pandemia de COVID-19. Esta edición 2024 se ve ensombrecida por los más de 29 meses de guerra en Ucrania y el agudizado conflicto en Medio Oriente.
¿Quién ha pensado que estos juegos sólo se tratan de deporte y no de geopolítica? Recordemos el significado de los cinco aros del logo olímpico: el color azul hace referencia a Europa, el negro a África, el rojo a América, el amarillo a Asia y el verde a Oceanía. Por ello surge la diplomacia deportiva, que ve al deporte como un instrumento para construir puentes de paz entre los países. Por tradición se pide una tregua olímpica (ekecheria, denominada así por la tradición griega para garantizar la seguridad de los atletas y los espectadores) pero en esta ocasión, parece que la antorcha olímpica enciende la llama de las tensiones.
Esta edición 2024 a realizarse en Francia se caracteriza por: correr dos guerras (una en Ucrania y otra en Medio Oriente), por trotar hacia la polarización social, por surfear hacia nuevas amenazas globales, por brincar hacia los neopopulismos, por jugar esgrima con la democracia, por tirar al blanco de los neonacionalismos, por dar saltos mortales de activismos, por remar contra la corriente del multilateralismo, pero sobre todo, porque las medallas de oro serán el símbolo de nuevos polos de poder (deportivo y político).
Rusia y Bielorrusia están sancionadas por el Comité Olímpico Internacional derivado a la guerra en Ucrania y Guatemala tuvo una suspensión parcial de la Corte de Constitucionalidad por la demanda de un candidato a la presidencia del organismo. Los deportistas nacidos en dichos países podrán participar sólo bajo una bandera neutral, no podrán usar ni su bandera ni su himno y sólo podrán jugar individualmente, es decir, no podrán estar en deporte de equipo.
Sin embargo, hay muchas voces críticas que señalan que no hay el mismo criterio para los atletas de Israel que estarán presentes. Hay que recordar que en los Juegos de Múnich de 1972 hubo un atentado de terroristas palestinos (Septiembre Negro) contra la Villa Olímpica, ya que exigían la liberación de 200 palestinos encarcelados en Israel. Perdieron la vida 11 atletas israelís, 1 policía alemán y 5 terroristas, por lo que para estos JJOO, la delegación de dicho país tendrá seguridad reforzada.
La coyuntura internacional eleva el termómetro de alertas terroristas durante las próximas semanas. De igual manera el nivel de riesgo delictivo y criminal agita las alertas policiales por robos, pero también el plano digital apretó el botón de ‘encendido’ por las posibles ciberestafas a turistas por supuestas compras que pueden ser un fraude y los ciberataques para boicotear el evento con el #BoycottGenocide y #OlympicsAgainstGenocide ante la indescriptible situación que se vive en Gaza a partir de los ataques de Hamás a Israel del 7 de octubre que han desatado una espiral de violencia del ejército de Israel sobre miles de civiles inocentes. Un conflicto de tiempo atrás, pero que se avivó más desde hace más de 8 meses.
Por lo que es evidente que la sombra de la geopolítica se proyecta en estos JJOO que se inauguran hoy viernes.
POR ARIBEL CONTRERAS
Coordinadora de la Unidad de Estudio y Reflexión de la guerra en Ucrania en COMEXI
Coordinadora de la Licenciatura en Negocios Globales
Universidad Iberoamericana Analista internacional
@AribelContreras
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