COLUMNA INVITADA

El Amor en los Tiempos del “Like”

El amor en los tiempos del “like” es un fenómeno complejo que ha transformado nuestras relaciones y nuestra percepción de nosotros mismos

OPINIÓN

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Mónica Salmón / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Desafortunadamente, creemos que estamos en constante conexión al estar sumergidos en las redes sociales. En mi práctica privada, he visto que hemos creado abismos entre la realidad virtual y nuestro propio ser. Creemos que al dar un “like” estamos al tanto o pendientes de la vida del otro. “Amiga, siempre te doy ‘like’ a tus posts” - Eso, que alguien me explique, ¿qué significa? ¿Que es una buena amiga? ¿Que está al pendiente? ¿Que aprueba lo que haces? ¿Que escucha? ¿Que acompaña?

Si bien el “like” ha sido controversial en la vida privada de muchas personas, también lo ha sido en la vida amorosa de las parejas. ¿Por qué le pones “like”? ¿Te gusta? ¿Quieres algo con él/ella? ¿Estás al pendiente de lo que hace? ¿Le estás mandando un mensaje con ese “like”? Ya vi que le das “like” a todas sus fotos. Fuiste su primer “like”. ¿No crees que se va a dar cuenta de que estás al pendiente de todo lo que hace con tus “likes”? A los ex, ¡prohibido los “likes”!

Hemos sido condicionados emocionalmente al “like”. Hemos entrado al terror psicológico del “like” y a un nuevo vocabulario. “Le likeo, me likeo, nos likeamos, ya ni me likea, le dejé de likear.” La carga psicológica que tiene el “like” es motivo de tesis sobre el nuevo comportamiento humano a partir de 2007. Que tire la primera piedra quien esté libre de la ansiedad psicológica que despiertan los famosos “me gusta”.

Los jóvenes influencers han arriesgado sus vidas e, incluso, han perdido la vida por los “likes”, lo cual es terriblemente inexplicable y sumamente lamentable.

Steven Levy comenta en su libro “Facebook: The Inside Story” cómo surgió la idea del botón “Me Gusta”. Le comentó a su amiga, “¿por qué no generar un botón que fuera una forma de aprobación instantánea?”. Si tan solo supieran la bomba de destrucción de autoestima que ese botón iba a causar… ¿conoceríamos el “like”?

¿Qué es el “like” en sí, en la parte psicológica? El “like” actúa como una forma de validación instantánea, desencadenando una respuesta de dopamina en el cerebro que puede ser completamente adictiva. Esta necesidad constante de aprobación puede llevar a comportamientos riesgosos, como buscar situaciones extremas o peligrosas para obtener más y más “likes”. Además, la búsqueda de muchos “me gusta” puede distorsionar la percepción de la realidad y la autoestima, creando una dependencia emocional de la validación externa en lugar de fomentar una autovalidación interna sana. Las jóvenes cada vez exponen más sus cuerpos y su intimidad en una búsqueda insaciable de aprobación. De esto no se salva nadie; el adulto también está a merced del sistema de recompensa. Por eso, todos aquellos que tenemos redes sociales estamos condicionados a esto.

En resumen, el amor en los tiempos del “like” es un fenómeno complejo que ha transformado nuestras relaciones y nuestra percepción de nosotros mismos. Aunque las redes sociales nos ofrecen una forma de conexión instantánea, también pueden profundizar la desconexión emocional y crear nuevas formas de inseguridades que llenan nuestros comentarios y hacen que nuestras vidas amorosas se vean en conflicto.

Sí, claro. Un “like” puede tener todos los significados emocionales que la persona le quiera agregar, ya que es un símbolo, y los símbolos facilitan el almacenamiento y la recuperación de información en la memoria. Me atrevería a decir que el corazón es un arquetipo universal en el inconsciente colectivo, como diría Carl Jung. En especial, el corazón del famoso “like” representa en la psique amor, pasión y, al ser un arquetipo profundo, ahí está la razón de poner en riesgo lo que sea, porque el “like” representa la conexión que necesitamos los seres humanos para poder sobrevivir, y esto se traduce en que el otro nos mire.

Entre más “likes”, más miradas tengo sobre mí. Ahí radica el abismo entre la realidad virtual y el ser. De pronto, hay un vacío existencial si no postean o comunican al mundo absolutamente todo: lo que comen, el ejercicio que hacen, los viajes, las amigas, el galán, todo. ¡Si no posteo, no existo!

¿Y a ti, en la vida real, cómo te demuestran que les gustas?

POR MÓNICA SALMÓN

PSICÓLOGA Y ESCRITORA

@MONICASALMON

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