De la Federación Mexicana de Futbol, por sus formas y marcados intereses, ya nada espanta. Incluso, que hayan decidido pisotear a elementos importantes de nuestro futbol y llevárselos, como dicta el argot, entre las patas. Claro ejemplo de ellos fueron los dos últimos estrategas nacionales que fueron postulados al cargo y duraron lo que duran dos peces de hielo
en un whisky on The rocks, dijera Sabina.
Un paso efímero de dos técnicos a quienes les prometieron proyecto y les cumplieron con rescisiones ridículamente tempranas de contrato, y en el caso del argentino (Diego Cocca) el teatrito salió más caro que las parrandas para solventar los males amorosos.
Poco debe importar a una cúpula que sigue siendo de las más ricas del mundo, gracias al poderío del mercado estadounidense, aunque paulatinamente ven cómo, en México, el producto llamado Selección Nacional ha dejado de ser siquiera interesante para quienes estamos de este lado del río Bravo.
Con bombo y platillo, incluso, una alta dosis de verborrea barata estilo México del siglo XX, que servía para envolver a las masas, pero que hoy ya nadie compra ante la globalización y cantidad de información en los medios electrónicos, anunciaron, Juan Carlos La Bomba Rodríguez y sus aliados a Jaime Lozano. Un elemento joven, elocuente y buena onda, pero con nula capacidad de cambiar un sistema cuando los juegos se le caían a pedazos. Aun así, lo ratificaron diciendo que tendría pasaje para el Mundial del 2026. Al primer fracaso, lo despidieron.
Se me vienen más nombres a la cabeza de gente con la que han jugado de esa forma en el pasado, sobre todo, el de Víctor Manuel Vucetich que dirigió dos juegos o Luis Fernando Tena.
Mentiría si le digo que para mí, tomar un rumbo diferente de timón no era la dirección adecuada, y sin duda, la noticia de la contratación de Javier Aguirre como entrenador nacional, y la de Rafa Márquez como asistente técnico es un bombazo.
Javier ya tiene poco que perder, pero para que Rafa haya aceptado este reto, sabiendo que el hacerlo le podría derivar en perder la oportunidad de su vida para dirigir al FC Barcelona, me hace cuestionarme si ahora, por fin, podríamos tener un proyecto sólido de cara al futuro.
Dudo que, sobre todo, el de Zamora, lo haya hecho por un tema monetario solamente. Esperemos que con su experiencia, ambos elementos de grandes credenciales tengan total autonomía para trabajar y que tengan verdaderamente injerencia en el proyecto. Se involucren para fortalecer la estructura de forma que se pueda aspirar a un futbol importante.
Es un ciclo de seis años, ya confirmado. Primera vez en toda la historia que veo una intención así. Más allá de un Mundial. Esperemos que sea porque quieren cambiar las cosas, y no sólo hincharse los bolsillos para asegurar a tres generaciones a cambio de la intrascendencia.
POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA
MAAZ