COLUMNA INVITADA

Mujeres gobernando y legislando, sí hace una diferencia

Un centro de estudios que usualmente simpatiza con posiciones y causas de la oposición, ha planteado una pregunta oportuna: “Cuando las mujeres gobiernan, ¿Lo hacen diferente?”

OPINIÓN

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Graciela Báez Ricardez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México.Créditos: El Heraldo de México

Un reciente estudio del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), un centro de estudios que usualmente simpatiza con posiciones y causas de la oposición, ha planteado una pregunta oportuna: “Cuando las mujeres gobiernan, ¿Lo hacen diferente?”. Su objetivo declarado era determinar si, al encabezar entidades federativas, hombres y mujeres obtienen resultados diferentes en indicadores que denotan “competitividad”, concepto que el IMCO define como “la capacidad para generar, atraer y retener talento e inversión”.

El estudio –que utilizó 72 indicadores diferentes– encontró algunas pequeñas variaciones entre la gestión de gobernadores y gobernadoras. Por ejemplo, cuando hay una gobernadora al mando, se registra en promedio una ligera mayor participación de las mujeres en el mercado laboral (43% vs 41%), y la brecha de salarios es algo menor (14% vs 17%), que cuando la gubernatura la ocupa un varón. El análisis, sin embargo, concluye que la magnitud de las variables estudiadas es tan pequeña que “no hay suficiente evidencia que indique que mujeres y hombres logren resultados diferentes a nivel estatal en México”.

¿Realmente no hace ninguna diferencia que las mujeres ejerzan el poder? Aquí planteo lo que a mi juicio es un error conceptual del estudio y una tesis diferente.

Asumir que el efecto de un gobierno encabezado por una mujer ocurre y se puede medir en lo inmediato es un error. Los cambios profundos, como los que requiere la lucha por la equidad y la igualdad, precisan tiempo para germinar y cristalizarse, además del acompañamiento de legislaturas con paridad de género. Una gobernadora –por más capaz que sea- difícilmente puede frenar y revertir en un solo sexenio las inercias presentes en la sociedad desde hace décadas, máxime si no está acompañada por congresos estatales con las suficientes mujeres.

Defiendo que cuando las mujeres gobiernan acompañadas por congresos en los que existe paridad de género, sus acciones derivan en políticas públicas y legislaciones a favor de la equidad y la igualdad. Tal es la experiencia del Congreso de la Unión, donde la presencia de las mujeres se incrementó paulatinamente en los últimos 25 años, hasta llegara a la paridad, lo cual significó la aprobación de una serie de reformas en beneficio directo de las mujeres.

Estoy convencida que la llegada de la Doctora Claudia Sheinbaum como primera Presidenta de la República, cuyo mandato concurrirá con la segunda Legislatura con paridad de género, hará realidad más acciones de justicia de género, algunas de las cuales ya han sido anunciadas como la pensión para mujeres de 60 a 64 años, cuya primera etapa abarcará a las mujeres indígenas y afromexicanas, dando inicio al registro correspondiente con el sexenio. Asimismo, ya se consideran otras políticas que conformarán el Sistema Nacional de Cuidados.

El que las mujeres gobiernen y legislen en la normalidad democrática, y no como caso excepcional, sí importa, y para bien. Nuestra sociedad así lo atestiguará en los años por venir.

Por Graciela Báez Ricardez

Secretaria General de la Cámara de Diputados

X: @GracielaBaez

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