COLUMNA INVITADA

Crónica por la igualdad… y la deriva

Ciudadanías en mayoría y minoría merecen gobiernos y dirigencias honradas, eficientes y con capacidad de concitar apoyo general

OPINIÓN

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Salvador Guerrero Chiprés / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Si los primeros seis años del cambio de régimen iniciado en 2018 son “la crónica por la igualdad y la justicia” en la perspectiva de la nueva Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, y si la vasta obra pública ha impulsado “la dignidad de las comunidades”, en la mirada de la Presidenta electa Claudia Sheinbaum, fue también ese el lapso del primer sexenio del naufragio y la deriva de los sobrevivientes simbólicos de la oposición.

Perdieron 24 gubernaturas en menos de seis años y, algo más importante, extraviaron la oportunidad de comunicarse creativa y eficientemente con sus seguidores, quienes aún en situación de ser una ciudadanía minoritaria son indispensables en la construcción de los equilibrios y contrapesos útiles al nuevo régimen y al conjunto de la comunidad nacional.

Y tienen razón en exigir una posición más depuradoramente radical de sus dirigencias, excluidos quienes hundieron al PRD, ahora en extinción.

A un mes de la victoria electoral de la ciudadanía mayoritaria y a seis años del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, la celebración de ese éxito en Los Pinos es un muro contra la tendencia hacia la derecha en América Latina, liderada por Javier Milei y ante el agresivo conservadurismo francés en lo que la prensa continental europea consideró una alerta mundial. Nadie olvida la conexión entre la ultraderecha, los nazis y el fascismo.

El conservadurismo mexicano, en apariencia remozado y encabezado por el PAN, tiene dificultades para festejar el triunfo de sus probables semejantes si recordamos el ideario del surgimiento latinoamericano de la democracia cristiana, partidos antirrevolucionarios y anti comunitarios. Tropieza también para declararse completamente en alianza perdurable con los remanentes de un priismo vergonzante representado por Alejandro Moreno, si es que debemos creer en la sinceridad priista de quienes critican su apetito por la reelección tras la derrota del 2 de junio.

Ciudadanías en mayoría y minoría merecen gobiernos y dirigencias honradas, eficientes y con capacidad de concitar apoyo general.

Una tercera parte de los franceses —votaron este fin de semana en la primera vuelta de las elecciones legislativas por el ultra conservadurismo de Reunión Nacional, de Marine Le Pen— se desencanta de la presidencia de Emmanuel Macron y voltea a la derecha radical. El PAN no puede declarar simpatía con ese proceso y tampoco rechazar su familiaridad ideológica.

El radicalismo republicano estadounidense abre camino al regreso de Donald Trump a la presidencia y en el sur se consolidan personajes como Milei en Argentina o Nayib Bukele en El Salvador.

La oposición padece: no puede identificarse con algo diferente al Obradorismo porque desconoce qué es aquello que desea; lo copia incluso. Al mismo tiempo no puede decirse ciudadano en la medida que, demostrado por las elecciones, representa a la minoría del electorado por lo cual, de la misma forma, el Obradorismo es representativo de la mayoría ciudadana. Igualdad, oportunidad y deriva.

POR SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS

PRESIDENTE DEL CONSEJO CIUDADANO DE LA CDMX

@GUERREROCHIPRES

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