DEFINICIONES

El ocaso de Biden

Para Joe Biden, se acabó. No logró demostrar que está en condiciones de competir, mucho menos de ganar

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Joe Biden no puede ganar la reelección. No debiera ser candidato, si los demócratas aspiran a vencer a Donald Trump, que camina sin mayores obstáculos de vuelta a la Casa Blanca.

El presidente no tiene fuerza física, mucho menos intelectual y cognitiva; tropieza con demasiada frecuencia con sus propias palabras, confunde nombres, se muestra desorientado, obnubilado y débil. Su adversario, por el contrario, cada día luce más fuerte. No solo ha sorteado cualquier cantidad de señalamientos, sino que sobrevivió un atentado en su contra.

Trump es, para los suyos, una especie de semidiós. Para sus fanáticos, que de por sí lo tenían enaltecido, invencible. Para los que dudaban, su entereza les ha convencido. Y para sus críticos, los argumentos han perdido potencia. Hablamos de un criminal, declarado culpable, que tiene teflón y resiste cualquier acusación. Mientras Biden va en decadencia, los bonos de Trump crecen como la espuma.

Por eso Biden terminará por hacerse a un lado y abandonará la contienda. No será candidato. No hay que tener bola mágica para vaticinar lo que vendrá. El presidente no puede y las presiones en su contra cada vez son mayores, y más potentes. La última, que parece definitoria -y premonitoria-, la del expresidente Barack Obama, que le ha pedido “reconsiderar seriamente” su postulación.

Se acabó. Biden no logró demostrar que está en condiciones de competir, mucho menos de ganar. El presidente navega entre dudas y zozobra. Las voces en su partido, el Demócrata, ya han dicho cuanto tenían que decir. Biden no puede ser omiso a los señalamientos. Se ha quedado sin apoyo y debe tratar de administrar su salida de la contienda y permanencia en la Presidencia, con el menor costo posible. Pero la trayectoria de los hechos es muy clara: se va.

Parte del problema es que Biden no construyó un sucesor, y el relevo tomaría con poco margen a la vicepresidenta Kamala Harris, que entraría a destiempo al quite. ¿Alguien más disputará la candidatura? Los demócratas buscarán frenar una caída al abismo que de seguir el rumbo actual los llevaría a perder no solo la elección presidencial, sino la mayoría en ambas cámaras del Congreso.

La salida de Biden no puede demorar. Lo escribimos hace una semana en este espacio: el presidente no ganará. “Se acabó: Biden no puede”, titulamos aquella columna. En una semana él mismo despejó cualquier duda: su candidatura asegura la derrota a los suyos.

“Se acaban los argumentos para sostener a Biden. No solo está muy disminuido física e intelectualmente, sino que en términos electorales es un lastre. Ya aparece atrás en todas las encuestas y continúa en caída libre. Difícilmente llegará a agosto próximo a la Convención Demócrata, para ser ungido, con el apoyo de todos los suyos. Las voces críticas en torno a su candidatura crecen. O Biden se hace a un lado, o la propia fuerza de sus incontables traspiés lo harán. Él no puede ganar. No tiene la fuerza ni energía para la batalla que desembocará en la elección de noviembre próximo”, escribimos.

Llegó el momento. Biden se va de la contienda.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN 

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM                   

@MLOPEZSANMARTIN

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